Qué averías producen los atascos en los coches
Embrague, frenos, filtro del aire, sistema de refrigeración y caja de cambios son los elementos más proclives a sufrir daños.
Las retenciones casi diarias que sufren los vehículos suponen un continuo desgaste que acaba pasando factura. En un reciente estudio elaborado por Castrol, se devela que al cabo del año cada conductor frena y reinicia la marcha unas 18.000 veces.
Así, una de las averías que provoca este esfuerzo suele aparecer en el embrague. Según un artículo publicado en Autofácil, en una hora de atasco, los conductores realizan más cambios de marcha que recorriendo más de 1.000 kilómetros por autopista.
Con el fin de que este elemento sufra lo menos posible, los expertos aconsejan acelerar con suavidad, sin superar las 1.2000 rpm. Además, no es recomendable estar parado con la primera velocidad puesta y es mejor pisar a fondo el embrague cuando se cambia de marcha.
En lo que se refiere a los frenos, no es bueno frenar en el último momento ya que el desgaste que se produce en las pastillas y los discos de freno aumenta el 40%. Por ello, cuando haya embotellamientos, es necesario ajustar la velocidad al coche que haya delante.
Asimismo, la caja de cambios manual también suele sufrir fallos, apareciendo holguras en los engranajes, problemas en las varillas de cambio y desgaste en los sincronizadores.
Por otro lado, durante las retenciones es habitual que el hollín y el polvo generado entren con más facilidad en el coche, motivo por el que los filtros se ensucian con más rapidez y, por tanto, entra menos aire limpio al motor para la combustión.
Por último, las posibilidades de sufrir un calentón en estas circunstancias aumentan, ya que los vehículos no avanzan a una velocidad suficientemente alta como para que el aire que entra por la parrilla frontal ayude a refrigerar el motor. En el caso de estar parados, el sistema de refrigeración puede sobrecalentarse.
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