La electromovilidad española, a la cola de Europa
El Barómetro de electromovilidad de Anfac acaba de presentar los resultados del último trimestre del 2020, en el que España ocupa el antepenúltimo europeo en el indicador global de electromovilidad y el penúltimo en infraestructura de recarga.
La electromovilidad en España avanza muy lenta y nos sitúa a la cola de Europa en 2020, según los resultados del cuarto trimestre del Barómetro de electromovilidad de Anfac. Y eso, pese aumentar su participación en casi cinco puntos en el indicador global de electromovilidad -que valora la penetración de vehículos electrificados y la instalación de infraestructuras de recarga de acceso público-, y alcanzar una valoración general de 18,6 puntos sobre 100 en el cuarto trimestre de 2020. La puntuación española se distancia aún más de la media europea, que se sitúa en 39,9 puntos sobre 100, con un crecimiento de más de 10 puntos en el cuarto trimestre de 2020. El crecimiento español en electromovilidad se debe casi por completo a la compra de vehículos electrificados y muy poco a instalación de puntos de recarga.
Cinco comunidades autónomas se sitúan por encima de la media nacional. En el cuarto trimestre, Madrid obtiene una mejora de 7,2 puntos, pasando a ocupar la primera posición del indicador global de electromovilidad, con una valoración de 25,1 puntos, en detrimento de la Cataluña, que desciende dos posiciones. A pesar del lento desarrollo de la electromovilidad, el estímulo de las ventas de vehículos electrificados en el último trimestre ha sido el principal factor para que 12 comunidades autónomas hayan logrado un crecimiento superior a los cuatro puntos, destacando Cantabria, Castilla-La Mancha, Asturias e Islas Canarias.
Además, todas las comunidades autónomas han tenido un notable crecimiento en el indicador de penetración de vehículo electrificado respecto al periodo anterior. Este fuerte impulso se ha debido principalmente al aumento de la demanda de vehículos electrificados en comparación con la caída de vehículos de otro tipo de tecnología (diésel, gasolina, gas). Durante el cuarto trimestre de 2020, las ventas de vehículos eléctricos puros han aumentado el 183% y la de híbridos enchufables, el 394%. Destaca el crecimiento de casi 15 puntos de la Comunidad de Madrid hasta alcanzar una valoración de 45,8 puntos sobre 100, colocándose en primera posición del ranking nacional, seguido de Castilla-La Mancha, Cantabria, Islas Baleares, Asturias y Cataluña, comunidades que superan la media de España.
El esfuerzo de las marcas y el Plan Moves, a pesar de su desigual resultado en las diferentes comunidades, ha permitido este fuerte crecimiento en los tres últimos meses del año, en el que se vendieron 20.968 unidades, cuadriplicando las ventas respecto al mismo periodo del año anterior.
Durante el este periodo, España logra subir una posición en el ranking europeo, hasta situarse por delante de Italia, Hungría y República Checa, con un crecimiento de 9,2 puntos y una valoración de 31,6 puntos en el indicador de penetración del vehículo electrificado, lo que nos relega a la cola del ranking europeo. Por tanto, todavía estamos lejos de la media europea, que ha crecido cerca de 20 puntos y tiene una valoración de 64,5 puntos.
Nuestro ritmo de desarrollo es similar al de los países de la zona baja del ranking, pero está muy lejos de líderes como Alemania, que aumenta más de 30 puntos, o Portugal, que crece 15 puntos. Estos países han cumplido más del 50% de los objetivos evaluados por el Barómetro en el último año y ejemplifican cómo la apuesta decidida por el mercado eléctrico tiene resultados, con lo que es imperativo potenciar este mercado de cara a los consumidores nacionales.
Por lo que respecta al desarrollo de infraestructuras de recarga de acceso público, solo hemos crecido una décima en el cuarto trimestre de 2020, alcanzando una valoración global de 5,6 puntos sobre 100 y situándonos en penúltima posición en el ranking europeo, solo por encima de Hungría. Este lentísimo desarrollo coloca a España 10 puntos por debajo de la media europea, que es de 15,3 puntos sobre 100. A excepción de Italia y Reino Unido (que ha bajado su valoración punto y medio), el resto de países han logrado crecer al menos un punto. Especialmente destacables son los casos de Noruega y Países Bajos, que se mantienen como referentes europeos y han cumplido los objetivos de infraestructura de recarga de acceso público valorado por el Barómetro de Anfac.
En el ámbito nacional, el despliegue de infraestructuras de recarga no ha variado respecto al trimestre anterior y solo Cataluña ha aumentado su valoración siete décimas, hasta alcanzar 12,3 puntos sobre 100. Junto a los 11,6 puntos de Islas Baleares, son las únicas regiones con puntuación más cercanas a la media europea.
La evolución de los puntos de recarga de acceso público en España en los tres últimos meses ha sido muy lenta, alcanzando los 8.545 puntos. Una cifra muy escasa para el ritmo de desarrollo de electromovilidad que deberíamos tener y que nos sitúa muy lejos de las exigencias para cumplir los objetivos de desarrollo de infraestructuras de recarga. Desde el punto de vista cualitativo, más del 90% de la infraestructura de recarga de acceso público tiene potencias inferiores o iguales a 22 kW y sólo el 0,8% de los puntos de recarga de acceso público interurbanos presentan potencias por encima de los 250 kW, lo que pone de manifiesto las dificultades de uso relacionadas también con los tiempos de recarga asociados.
Por ello, tal y como se reclama en las 16 medidas planteadas por Anfac para impulsar el despliegue de infraestructuras de recarga eléctrica en España, es necesario establecer objetivos intermedios de desarrollo para alcanzar 48.000 puntos de recarga en 2022, 120.000 en 2025 y 360.000 en 2030 que puedan abastecer ese año el parque de 5 millones de vehículos electrificados planteado por el PNIEC.
Para el director general de Anfac, José López-Tafall, tenemos mucho camino que recorrer si queremos lograr que la electromovilidad sea una realidad en España. El sector está haciendo su parte, innovando en nuevas tecnologías, invirtiendo en nuevos lanzamientos y creando el mercado cada día, plenamente comprometido con los objetivos de descarbonización y de renovación del parque. Pero, añade López-Tafall, “es necesario implantar medidas, tal y como planteamos desde Anfac, y contar con un firme apoyo público para acelerar en la transición del vehículo de combustión hacia el vehículo eléctrico y potenciar el desarrollo de infraestructuras de recarga pública. Nuestra propuesta de 16 medidas muestra, además, que disponer de más recursos europeos es una condición necesaria, pero no es suficiente, pues quedan barreras regulatorias por derribar”.
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