Vehículos kilómetro 0, ¿son nuevos o usados?

A la hora de compar y vender un vehículo kilómetro 0, surge la duda de si son bienes de consumo nuevos o productos de segunda mano. La particularidad de estos automóviles reside en que para el comprador es un vehículo nuevo pero lo cierto es que ya está matriculado.

Una duda que tiene implicaciones, entre otros aspectos, en la garantía a la que tiene derecho el comprador. En el caso de los nuevos, el plazo de garantía legal es de dos años, pero en los usados puede reducirse tras un acuerdo entre las partes hasta un mínimo de un año.

Desde el Servicio de Asesoría Jurídica de Ganvam, estiman que a priori y como norma general, se consideraría que un vehículo es de segunda mano cuando ha tenido ya un propietario anterior, que lo revende. Y no se entraría a valorar si ese primer propietario debía tenerlo en propiedad durante un tiempo mínimo antes de revenderlo para que se considere un vehículo de segunda mano.

Pero en el caso concreto de los vehículos, hay algunos decretos autonómicos referentes a la venta de automóviles usados que los definen como aquellos que cuentan con una "primera matriculación". Las comunidades autónomas de Andalucía, Madrid y Murcia son las únicas que recogen esta precisión.

Si se adopta este criterio como referencia, los vehículos kilómetro 0 serían bienes de segunda mano, puesto que los concesionarios los matriculan a su nombre y después los venden. Aunque estos tengan muy pocos kilómetros y prácticamente no hayan salido del concesionario, salvo para alguna prueba con clientes interesados en su compra, cuentan con una primera matriculación, explica Ganvam.

En lo que afecta a la garantía, el efecto es que, pese a que puede considerarse nuevo, legalmente el vehículo Km 0 tiene la consideración de bien de segunda mano y, como tal, sus expectativas de garantía se reducen.

Eso sí, esta garantía es la que debe dar el concesionario como vendedor de un bien de consumo, sin perjuicio de que el vehículo pueda conservar aún la garantía de fábrica, que cubre un mínimo de dos años y en el caso de fabricantes como BMW o Dacia se alarga hasta tres años, o hasta siete en el caso de Kia.