Por qué reparar pequeños daños de la carrocería
Disimular estas imperfecciones y no arreglarlas correctamente puede llevar a la oxidación de la chapa del vehículo.
Es habitual que la carrocería de los vehículos vaya sufriendo poco a poco un cierto desgaste como consecuencia de arañazos, pequeños golpes o picotazos sobre la pintura.
Estas pequeñas imperfecciones que va acumulando el coche, fruto del uso, el kilometraje y el estar aparcado en ciertos lugares de elevado tránsito, no quiere decir que no deban ser reparadas.
Algunos usuarios se decantan por buscar en el mercado ciertos productos que ayudan a disimular, en cierta medida, todo este tipo de daños.
Sin embargo, el resultado de estos sprays o pinceles de retoque no es tan óptimo como lo que esperan los dueños de los automóviles, ya que, aunque disimula un poco el problema, no lo corrige totalmente. Es decir, como señalan los técnicos de Certified First en un artículo que publican en su blog, la corrección estética es limitada.
Así, arañazos, pequeñas abolladuras, golpecitos o cualquier daño que se produzca en la carrocería puede provocar que el metal quede expuesto y se pueda producir la oxidación del mismo, dañándolo profundamente.
Por este motivo, los profesionales de los talleres de chapa y pintura recomiendan la necesidad de reparar esas pequeñas imperfecciones en la chapa y la pintura de los coches por leves que parezcan.
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