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Mandar es servir

Mandar es servir
Mandar es servir
Josep Ferro

07 de enero 2015 - 18:02

Recientemente y por casualidad, entre turrones, lavadoras y lavavajillas, he releído algunas páginas sueltas del bestseller 'The Servant'. Es un placer releer y revivir cualquiera de sus páginas, elegidas al azar. La pena es que absurdamente lo tradujeran como 'La Paradoja'. El traductor no leería el libro entero o no lo entendió, porque el propio título forma parte inseparable del contenido del discurso. Pero, ¡qué le vamos a hacer!

Como sabrás perfectamente si ya has cumplido los 25 años, las casualidades no existen. El día de Reyes, escuché a Felipe VI, rey y actual jefe de los Ejércitos, una parte de su discurso. Muy rancio para ser tan joven... pero atrevido bajo mi punto de vista de exsoldado de infantería y conocedor del público que escuchaba su discurso en la celebración de la Pascua Militar, genéticamente anclado en la jerarquía y en el ORDENO y MANDO. En las portadas de la prensa de todo el país el resumen más destacado no dejó a nadie indiferente: “Mandar es servir” (ningún editor de periódico subtituló la noticia como una paradoja....)

Si no han leído el libro, cómprenlo y léanlo. Se lee en una tarde, pero se saborea mejor leyéndolo lentamente… Si eres de los que la parte mística-religiosa te incomoda, te adelanto que el libro es igualmente válido si uno sabe abstraer las (pocas) referencias o ejemplos religiosos que contiene, a pesar de que el relato se desarrolla en un monasterio.

'The Servant' lo podríamos traducir tranquilamente por 'El Sirviente'. Pero también por el que sirve = el que es válido = el que es útil = el que sabe. Posiblemente prefieras formar parte del selecto grupo que corresponde a esta segunda definición. A la mayoría le gusta ser considerado válido, útil, sabio. Pocos niños o universitarios con aspiraciones a mandar, dirigir, liderar, elegirían “servir a los demás” como parte fundamental de su profesión futura.

La paradoja está justamente ahí. Cuanto más mandas, cuanto más quieras llegar a mandar, más tienes que servir. Lo dice el libro, lo digo yo y ahora lo dice el rey.

Si te acuerdas de tu madre, hace muchos años y trabajara o no fuera de casa, por la tarde-noche y los fines de semana, ¿quién era la que se comía el marrón en casa? ¿Quién no paraba? ¿Quién se enfadaba de agotamiento? ¿Crees que aquella currada era sólo trabajo o había algo de amor en esa cara de "no puedo más"? Y, seamos sinceros... más allá de los tópicos, ¿quién mandaba en casa? ¿Te vale el ejemplo? ¿Quieres más? Pongo el ejemplo de la madre (vale igual para padres divorciados y asumo que se me criticará por machista) porque madre todos hemos tenido y porque siempre alguien pone las lavadoras y va al mercado, hace la cena y se acaba peleando con todos. Pero hay muchísimos más ejemplos en los que se entiende claramente la diferencia entre mando, jerarquía, autoridad, galones, respeto… Desgraciadamente en las escuelas de negocios y universidades se enseña de todo menos esto, pero no pierdo la fe en que un día las cosas cambiarán.

Pues yo como el rey. Todos los días me lo recuerdo. “Para mandar… servir”. El servir de currar para los demás, no el otro. A pesar de que, si no te importa que escriba 4 palabras amables de mí mismo…. creo que un poco, sí que sirvo.

Os deseo a todos un feliz 2015, con mucho trabajo y si me lo permitís, y diga lo que diga el convenio que os ampara, curra mucho, y sin dejarte pisar ni atropellar, trabaja mucho para los demás. ¿Sabes lo de "los esclavos hacen lo que otros quieren, los servants hacen lo que otros necesitan"? No te imaginas el efecto y el retorno que tiene. Espectacular. Garantizado.

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