Marwa El Yacoubi: "Cuando empecé a estudiar Automoción me chocó que fuese la única chica de la clase"
Mecánica y especializada en electroreparación de vehículos industriales, desde hace tres años ejerce la profesión que decidió estudiar y que además constituye su pasión en V.I. Serveis, taller especializado principalmente en autobuses eléctricos. "Nadie me ha tratado de menos por ser mujer", asegura.
Marwa El Yacoubi tiene 25 años. Es una joven reparadora que trabaja, desde hace tres años, en V.I. Serveis, taller de vehículo industrial regentado por Antonio Agüera y Mónica Gutiérrez, quien protagonizó esta entrevista con Infotaller.
Nació en Madrid pero a los dos años su familia se mudó a Barcelona, ciudad en la que vive desde entonces. El Yacoubi sabía que los coches eran su pasión. Le venía de familia y desde el principio lo tuvo claro: "Desde pequeña me encantaban los coches, siempre veía las carreras con mi padre, él fue quién me hizo aficionarme a este mundo", cuenta.
Lo que la joven mecánica desconocía, sin embargo, era que los coches también iban a ser su vocación: "Cuando llegó el momento de elegir enseñanzas estudié dos grados medios, uno para ayudar a personas en situación de dependencia y otro de Enfermería. Sin embargo, no me llegaron a convencer", explica.
No obstante, no dejó las cosas a medias y acabó ambos grados, demostrando que la constancia, una cualidad clave para su carrera como profesional de la reparación de vehículos, era una de sus virtudes: "Acabé los dos, pero yo pensaba en el futuro y no me veía trabajando con pacientes en un hospital".
Fue en una feria, Salo de l'Ensenyament, la semana de la Formación y el Trabajo en Barcelona, cuando abriría los ojos y comprendería que la primera piedra de su futuro tendría que recogerla en el Instituto Mare de Déu de la Mercè, donde ofertaban el Grado Superior de Automoción. Decidió lanzarse.
La única chica del grado
"La experiencia fue muy buena, pero muy curiosa. Cuando empecé a estudiar Automoción me chocó que fuese la única chica de la clase. Yo venía de grados en los que había solo chicas y de repente pasé a ser la única chica. Había 30 alumnos más... y todos chicos", narra.
"Era muy chocante para mí, y aún me sigue pasando cuando voy a algún taller, ya que suelo ser la única chica", continua.
Asegura que la experiencia formativa fue muy buena y que, llegado el momento de hacer las prácticas, se decantaba por la chapa y la pintura: "Yo quería hacer chapa y pintura, pero me dieron otras opciones". Entre ellas estaba la que eligió y que ahora, tres años después, se ha convertido en su casa, V.I. Serveis.
No fue una mala decisión
V.I. Serveis no tenía que ver con la chapa y la pintura pero le permitió, como se suele decir, "pensar fuera de la caja" y aprender muchas cosas hasta el momento desconocidas para ella. No se arrepiente y dice que ya no tiene esa espinita de la pintura.
Si bien al principio los vehículos industriales le daban respeto, finalmente los normalizó como parte de su día a día: "Me costó un poco cuando empecé, porque en Automoción solo te enseñan a trabajar con coches. De repente tener que subirme al techo de un autobús fue muy complicado, pero ahora ya es algo normal para mí".
A su madre le sucedía algo parecido: "Mis padres son marroquís y a mi madre le chocaba mucho todo el tema industrial y también que fuese la única chica del taller y que trabajase siempre con hombres". Y es que, por aquel entonces, V.I. Serveis estaba empezando a implantar su política de paridad. Marwa El Yacoubi fue la primera mecánica en llegar.
Sin embargo, no hay nada como la felicidad de una hija para convencer a una madre de que el camino elegido ha sido el acertado: "Mi madre al final lo normalizó porque siempre me veía feliz y decía que al final eso era lo que importaba".
Su padre, por el contrario, desde el principio estaba encantando: "Mi padre estaba encantado porque compartíamos esa pasión, él no me puso ningún problema desde el minuto uno".
El sector está cambiando
Marwa El Yacoubi asegura que nunca se ha sentido discriminada por ser mujer: "Nadie me ha tratado de menos por ser mujer. Siempre han celebrado que me dedique a esto porque me gusta, incluida gente mayor que lleva muchos años en el sector. Me han llegado a decir que sienten tanto orgullo que le han hablado de mí a sus hijos", explica.
Sin embargo, esta reparadora de Barcelona dice que sabe a ciencia cierta que la discriminación aún está presente: "Yo no he tenido ese problema personalmente, pero conocí a una chica que estudió automoción y que acabó trabajando en oficina porque ser mecánica o trabajar en la parte técnica estaba 'mal visto' para una mujer", concluye.
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