La vuelta del color dorado también llega a la automoción
Este color, asociado al gasto y el lujo, gana presencia en productos y embalajes.
Idolatrado en los años 80 y desdeñado en los 90 por hortera, el color dorado nunca ha dejado de asociarse al lujo y al dinero. En una época en que el ansia por considerar superada la crisis de 2008 es mayor que la recuperación real, el dorado vuelve con fuerza como símbolo de estatus. Y, como dinero llama a dinero, los especialistas en márketing destacan que el uso del dorado anima a los clientes a comprar y gastar más.
Ya que el dorado se asocia al dinero y al lujo, un entorno en el que este color esté presente hace que el cliente se sienta más rico y, en consecuencia, esté dispuesto a ser más generoso en su gasto. Tampoco hay que olvidar que las tarjetas de crédito con mayor límite de gasto suelen tener este color.
Según Puro Marketing, las marcas y las empresas están recuperando el dorado en sus productos, en sus embalajes y hasta en sus puntos de venta.
La automoción no es ajena a este revival del oro. Hace unos días, Axalta elegía como color del año el Sahara, un tono bronce dorado, por su asociación con la "calidez, riqueza y fuerza".
Una tendencia, por tanto, que también debe tener en cuenta el taller. Aunque con precaución; muchos establecimientos de reparación de automóviles pertenecen a redes que cuentan con una imagen corporativa unificada, por lo que el margen para incorporar estos tonos en la decoración es muy limitado.
Hay que asumir, además, que el dorado no se asocia tradicionalmente a la automoción, a diferencia de colores como el azul o el gris, por lo que un taller decorado con prevalencia de dorados puede resultar chocante. Aun así, introducir algunos elementos en este tono puede contribuir a dar una imagen de refinamiento y poderío económico que atraiga a los clientes.
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