Los residuos menos conocidos del taller a los que la ley obliga a un tratamiento especial
Aceites, neumáticos o baterías no son los únicos elementos a tener en cuenta. Líquidos y gases refrigerantes, adhesivos, envases o trapos forman parte de una lista que conviene tener en mente para cumplir la legislación.
El tratamiento de residuos supone una de las acciones que los talleres más deben tener en cuenta. Su gestión y normativa no resultan a veces sencilla de entender y las sanciones de hasta 45.000 euros no son 'moco de pavo'. Por eso, en Asturias, el Gobierno del Principado y la Asociación de talleres Aspa, han elaborado una guía informativa para tratar de explicar los pasos a seguir en este aspecto.
La publicación, disponible tanto en papel como en formato online, cuenta con unas 50 páginas de información. En primer lugar, se explican conceptos básicos como el de residuo, entendido como "cualquier sustancia que su poseedor tenga la obligación de desechar", así como una clasificación en base a la normativa actual.
Sin embargo, la parte de mayor relevancia es aquella donde se analizan los principales residuos del taller así como las pautas correctas de gestión. Más allá de lo relevante con los residuos habituales: neumáticos, aceites, baterías o bombillas, la publicación se centra en elementos que a veces no son tenidos tan en cuenta y a los que también conviene realizar un tratamiento igual de exhaustivo.
- Líquidos hidráulicos y refrigerantes
Son líquidos peligrosos porque contienen contaminantes como disolventes, con capacidad para alcanzar las aguas, provocando daños para el medio ambiente y la salud.
- Grasas lubricantes
Su función principal es separar las superficies de contacto de un rodamiento para reducir la fricción mecánica y contribuir a reducir el desgaste. Son sustancias combustibles que también pueden resultar nocivas por contacto con piel y ojos.
- Disolventes
Presentan riesgos de inflamabilidad, explosividad, además de nocividad por inhalación, contacto con piel y ojos y por ingestión.
- Sprays de aflojado
Sus mayores riesgos son por inflamabilidad y explosividad. En menor media, también presentan riesgos en el contacto con piel y ojos.
- Pastillas de freno
No se trata de residuos peligrosos, salvo que contengan amianto, material que no puede ser empleado como materia prima desde 2002 por su condición de sustancia muy peligrosa para la salud. Puede encontrarse en elementos fabricados con antelación a esta fecha.
- Gases refrigerantes
Fluidos frigoríficos empleados para climatización. El riesgo principal son, sobre todo, los fluorados, por contribuir al efecto invernadero.
- Trapos y materiales impregnados con aceites o productos químicos
Sus riesgos son los mismos que los de las sustancias con las que se encuentran contaminados.
- Recipientes vacíos o con restos de productos químicos
Deben aplicarse las mismas precauciones que se utilizan en su manipulación.
- Gasolinas y gasóleos
Los hidrocarburos son sustancias combustibles altamente inflamables, que tienen riesgo de incendio y explosión además de ser nocivas por vía inhalatoria y dérmica.
- Filtros de aceite y combustible
Poseen los mismos riesgos que las sustancias con las que se encuentran contaminados.
- Pinturas
Son productos inflamables y con elevada capacidad de formar atmósferas explosivas. También poseen propiedades que las hacen peligrosas por inhalación, contacto con piel/ojos y por ingestión.
- Mallas de filtro
Son residuos obtenidos de la separación en seco del pulverizado sobrante en los que las partículas están endurecidas y no contienen disolventes.
- Lodos de cabina de pintura
Residuos obtenidos de la separación por vía húmeda del pulverizado sobrante. El lodo o coagulado de pintura está compuesto por pequeñas cantidades de disolventes, partículas de pintura, agentes coagulantes y contener aceites.
- Imprimaciones y aparejos
Son sustancias que tienen la finalidad de proteger la chapa de la oxidación. Los aparejos tiene como función aislar las capas inferiores de pintura de las de acabado y servir de soporte a la pintura.
- Adhesivos, colas y masillas
Sustancias capaces de mantener a unidad de contacto de dos solidos.
- Piezas fuera de uso
Por lo general, no se trata de residuos peligrosos, aunque dependiendo de las sustancias con las que hayan estado en contacto, podrían ser consideradas como tales.
Pautas para su correcta gestión
Las pautas para la gestión de estos residuos son varias, aunque el procedimiento es común. En primer lugar, conviene recoger estos líquidos o elementos en depósitos, etiquetarlos y almacenarlos correctamente hasta su retirada.
No menos importante es disponer de sistemas de recogida y detención de los derrames que pudieran producirse. Es importante no reutilizar envases vacíos, y por supuesto, evitar su manipulación hasta que sean entregados a un gestor autorizado para su tratamiento.
Novedades destacadas
También te puede interesar