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Cuáles son los puntos clave del mantenimiento preventivo

Amortiguadores, neumáticos, luces, correa de distribución o frenos son algunos de los elementos que GT Motive recuerda que hay que revisar.

Redacción

22 de febrero 2017 - 15:08

Para la revisión, los profesionales deben acudir al libro de mantenimiento del fabricante.
Para la revisión, los profesionales deben acudir al libro de mantenimiento del fabricante. / Redacción Infotaller

Las revisiones y los mantenimientos regulares son hábitos aconsejables para los propietarios de los vehículos. Para ello, es conveniente que acudan a su taller de confianza, donde llevarán a cabo dichas comprobaciones con el objetivo de que el automóvil tenga un óptimo funcionamiento.

El mantenimiento preventivo, según publica GT Motive en un artículo, permite una vigilancia y cuidado del vehículo sin esperar a que aparezcan averías, alargando la vida útil del coche, ahorrando dinero, ya que contribuye a evitar averías graves, y garantizando la seguridad de la conducción.

Para realizar estos procedimientos de revisión, los profesionales deben acudir al libro de mantenimiento del fabricante, donde se especifica qué se debe hacer, así como el kilometraje y la frecuencia con la que los coches deberían acudir a los centros mecánicos.

No obstante, además de estas instrucciones, es conveniente realizar otras comprobaciones, por ejemplo, del aceite y su filtro, cuyo cambio variará en función de la marca, motor y antigüedad del vehículo, oscilando entre los 10.000 y 20.000 km o cada año.

Además, los filtros de aire del habitáculo y de aire del motor deben ser revisados, al menos, una vez al año, mientras que el de combustible se suele sustituir cada 60.000 km o cuatro años.

En cuanto a las luces, debe vigilarse mensualmente su correcto funcionamiento para detectar incidencias o bombillas fundidas a reemplazar.

Los discos y las pastillas también han de ser comprobados, así como el nivel de líquido de frenos, que tiene que observarse una vez al mes. Junto a él hay que verificar el líquido de transmisión, cuya sustitución suele hacerse cada 60.000 km, y el líquido de dirección, además de verificar que mangueras y bomba no presenten fugas.

Tampoco hay que olvidar, señala el post, que el anticongelante debe reemplazarse todos los años con la llegada del frío.

Por otro lado, debe revisarse la presión de las ruedas y su estado con el fin de detectar posibles grietas y nivel de desgaste, así como los amortiguadores, que deben comprobarse cada 20.000 km.

GT Motive recuerda que también es necesario cambiar la correa de distribución cada 100.000 km, aunque el plazo siempre lo marca el fabricante. Pero es muy importante no sobrepasar ese tiempo, ya que su rotura podría ocasionar consecuencias irreversibles en el motor.

El artículo indica que tampoco hay que olvidarse del líquido limpiaparabrisas, del estado de las escobillas, así como de la revisión del catalizador y del tubo de escape cada 60.000 km.

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