Como si estuviera en una película, José Antonio Moreno jamás podía imaginar lo que iba a sucederle el pasado 3 de marzo un puñado de minutos antes de cerrar su administración de lotería en Vélez de Benaudalla (Málaga). "Estaba terminando de atender a la gente, cuando un hombre entró con un ojo morado y me pidió el teléfono para llamar a su mujer". Según relata al diario Sur, el hombre estaba "empapado y tiritando de frío, me dijo que no sabía dónde estaba", cuenta. Algo que le llamó especialmente la atención fue que llegase tan mojado. "No estaba lloviendo en el pueblo, algo me hace pensar que lo mojaron los propios secuestradores cuando le propinaron los golpes". Y es que el hombre que irrumpió en su administración de la calle Mariana Pineda no era otro que el empresario de un taller mecánico de Vélez-Málaga secuestrado la tarde de dicho lunes a punta de pistola y a plena luz en apenas tres minutos en su propio taller de coches de La Pañoleta.
Armados con pistolas, los secuestradores lo redujeron y lo introdujeron a la fuerza en el maletero de un vehículo ante la impotencia de su mujer y de varios trabajadores que presenciaron lo sucedido. Sin embargo, horas después y a unos 70 kilómetros del lugar del secuestro, la víctima apareció en Vélez de Benaudalla, desorientada, con signos evidentes de haber recibido una paliza y completamente empapada. En su búsqueda desesperada de ayuda, entró en esta administración de lotería.
"Me dijo que lo habían secuestrado, que le habían pegado una paliza y lo habían dejado allí tirado un poco más arriba de mi local, intentó pedir un móvil a varias personas y nadie se lo quiso dejar, supongo que por su aspecto, con la cara llena de golpes y la ropa de trabajo sucia, pensarían que era un vagabundo o que quería robarles", describe Moreno, que no dudó en facilitarle su teléfono.
"Me suplicaba que le pusiera el móvil en manos libres si no me fiaba, que sólo quería llamar a su mujer, le costaba recordar el número, estaba muy desorientado, al final marcó el teléfono de su propio taller en Vélez-Málaga, y allí su esposa le contestó", detalla. La mujer del empresario le aseguró que iría a buscarlo, pero por protocolo, fueron agentes de la Policía Nacional de Vélez-Málaga quienes se desplazaron hasta Vélez de Benaudalla para recoger a la víctima.
Una tila tranquilizadora
Mientras esperaban a la Policía, el lotero lo llevó a un bar ubicado justo en frente para invitarle a tomar una tila que ayudara también a tranquilizarlo. El empresario, mientras temblaba de frío, le aseguró que sus raptores le habían quitado todas sus pertenencias. Los agentes de la Policía Nacional de Vélez-Málaga llegaron al lugar y trasladaron al empresario al Hospital Comarcal de la Axarquía, donde fue atendido por las lesiones provocadas por la agresión. La madrugada del martes recibió el alta médica y regresó a su domicilio.
Mientras tanto, el negocio de automoción reabrió el martes congregando a numerosos curiosos y medios de comunicación. La Policía Nacional mantiene abierta una investigación para dar con los tres secuestradores, en la que participan efectivos de la Unidad contra las Drogas y el Crimen Organizado (Udyco). Por su parte, José Antonio Moreno siente que no hizo nada especial al atenderlo: "Solo ayudé a alguien que lo necesitaba", asegura. "Me sorprende que nadie más le ayudase. Al final, cualquiera puede verse en una situación así", concluye.