Los altos costes de apertura y la falta de espacio obstaculizan el traslado de talleres del centro de Menorca a polígonos industriales

Un reciente incendio en una carpintería en el centro de Ferreries (Menorca), que obligó al desalojo de cinco familias, ha puesto de nuevo en el centro del debate la coexistencia de actividades industriales en áreas urbanas.

A pesar de la tendencia de trasladar estas actividades a polígonos industriales, muchos talleres y carpinterías siguen operando en los cascos urbanos, generando preocupación entre los residentes.

Eleveados costes para abrir nuevos talleres

Francesc Benítez, presidente de la Asociación Empresarial de Talleres del Automóvil de Menorca, afirma que aunque es ideal que los talleres se ubiquen en polígonos industriales debido a los riesgos asociados con materiales tóxicos e inflamables, los elevados costos de abrir un nuevo taller están frenando este traslado.

Benítez explica al diario Menorca que muchos emprendedores optan por adquirir negocios antiguos con licencias preexistentes en áreas urbanas, lo que simplifica y abarata el proceso. También recuerda que antes existían ayudas para promover estos traslados y sugiere que deberían reintroducirse, destacando que el coste de adecuar un taller en un polígono puede llegar a medio millón de euros para adecuar las naves al sector, con sistemas de extracción de humos, medidas especiales de seguridad, eliminación de barreras arquitectónicas, entre otros.

Incendio en Ferreries

A raíz del incendio que se declaró en Ferreries en la madrugada del domingo 14 de julio la inquietud vecinal ha crecido en el pueblo, por lo que el alcalde de la localidad, Pedro Pons, reconoce los peligros que representan estas industrias en áreas residenciales, pero subraya que, aunque no están prohibidas, la tendencia es que se trasladen a los polígonos industriales de manera gradual.

El medio Menorca denuncia que Maó cuenta con la mayor cantidad de espacio en su polígono industrial, se concentra casi dos tercios de las parcelas disponibles en toda la isla de Menorca. Sin embargo, muchos de estos espacios están siendo ocupados por actividades comerciales, lo que dificulta el traslado de talleres y otras actividades industriales fuera de las zonas urbanas.