Frenos, neumáticos y niveles, claves para un viaje seguro según Midas
Recuerdan a los conductores los elementos que conviene no olvidar antes de salir a la carretera.
La DGT prevé 81,5 millones de desplazamientos de larga distancia entre el 1 de julio y el 31 de agosto de 2015. Ante la llegada de las vacaciones, Midas recuerda que es conveniente tener el coche preparado “para enfrentarse a varias horas de viaje por carretera”.
El primer elemento de una seguridad activa, según la red de talleres, “es extremar las precauciones al volante. Como un segundo paso, resulta fundamental revisar los principales niveles y elementos del automóvil para afrontar sin problemas los largos recorridos propios del verano”. En este sentido, Midas pone especial énfasis en frenos y neumáticos.
En cuanto al sistema de frenado, Midas recomienda controlar el estado de las pastillas cada 10.000 kilómetros. “Para detectar posibles fallos en los frenos, los síntomas más habituales –apunta la enseña– son variación de la trayectoria al frenar, cambios en el recorrido del pedal, falta de potencia y precisión al frenar o encendido del testigo de frenos”.
Además, señala que deben comprobar los discos “cada vez que se cambien las pastillas y sustituirse cuando estén ovalados, oxidados, arañados, presenten un reborde o el espesor sea inferior al límite establecido por el fabricante”. También recuerda que “periódicamente debe comprobarse el líquido de frenos y sustituirlo cuando la temperatura de ebullición sea inferior a la establecida”.
Por lo que se refiere a los neumáticos, Midas insiste en revisar la presión periódicamente y sustituirlos cuando la profundidad del dibujo sea inferior a 1,6 mm o sufra deformaciones, golpes o desgaste irregular. “Una mala alineación de las ruedas, señala Midas, afecta al desgaste de los neumáticos y a otros elementos de la dirección y la suspensión del coche”.
Por este motivo, la enseña incide en que debe comprobarse el mantenimiento de los elementos de suspensión cada 20.000 km. "Si el vehículo derrapa en los virajes, señala, tiende a hundir la parte delantera en la frenada, tiene una mayor sensibilidad a los vientos laterales o los neumáticos están desgastados irregularmente, son síntomas de desgaste de los amortiguadores".
Por otro lado, Midas recuerda que el tubo de escape debe cambiarse cuando se aprecie una sonoridad anormal, presente agujeros o haya un consumo irregular, ya que un tubo de escape en mal estado provoca un mayor consumo además de sobrepasar los límites acústicos legales. Además, existe peligro de somnolencia al penetrar gases tóxicos en el interior del vehículo.
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