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Consejos para que un taller familiar funcione

Loctite ofrece 10 claves para que estos establecimientos pasen de padres a hijos con garantías de éxito.

Redacción

16 de noviembre 2015 - 18:16

Los talleres de barrio suelen pasar de padres a hijos.
Los talleres de barrio suelen pasar de padres a hijos. / Redacción Infotaller

Muchos conductores recurren al taller de su barrio para la mayor parte de las reparaciones. Estos establecimientos suelen pasar de padres a hijos y, pese a que eso puede suponer muchos beneficios a los herederos, el trabajar con la familia puede ser fuente de problemas.

Por este motivo, Loctite ha dedica un post en su blog en el que ofrece una lista con 10 consejos que pueden ayudar a los profesionales a hacer de su taller familiar "un negocio exitoso".

El salto generacional. En este punto, Loctite recomienda "ser receptivo y buscar un equilibrio entre la forma de trabajar de las personas más mayores y la de los más jóvenes" ya que los profesionales más veteranos "están menos acostumbrados a las nuevas tecnologías" y los los jóvenes, tienen una forma de trabajar "basada más en los avances tecnológicos".

Mantener fiel a la clientela de tu padre/abuelo. Muchos clientes, recuerda el artículo, "no se fían de las nuevas generaciones ya que están acostumbrados a la manera de trabajar de los jefes de taller más veteranos". Por ello recomienda hacer "convivir las diversas generaciones por un largo periodo de tiempo", para que la clientela vea cómo "nada cambia".

Peculiaridades de ser un negocio pequeño. Loctite recomienda que las inversiones se deben "adecuar" al tamaño del taller: "no hay que olvidar que como negocio pequeño, existen peculiaridades que atender", asegura. Además, "muchos clientes son fieles al taller por ese trato cercano que reciben", algo que, asegura, no debe perderse "nunca, independientemente del volumen de trabajo que tengas".

Modernizar el taller sin afectar el aspecto familiar. El artículo señala que los cambios para dar un aire más moderno al taller deben introducirse "poco a poco" para no romper "la estética de taller familiar y tradicional que tanto gusta a los clientes", de manera que no afecten visualmente a la totalidad del taller y hacer que éste se vaya modernizando "sin perder su esencia".

La experiencia es un grado. Loctite apunta que, por muy preparadas que estén las nuevas generaciones, la experiencia de los trabajadores más antiguos "debe ser respetada y escuchada", ya que ellos saben "realmente" cómo funciona el negocio.

Invertir en formación. Pese al punto anterior, el post argumenta que "es necesario" invertir en formación y hacer que trabajadores de todas las generaciones "estén al tanto de las novedades" para poder dar "un mejor servicio a los clientes".

Ambiente de trabajo. "El hecho de trabajar con la familia puede llevar a abusos de la confianza o a ser demasiado exigente con los demás. Hay que ser justo con todas las personas que tengas en el taller, donde no son tus hijos, sobrinos o hermanos, son empleados", recomienda Loctite.

Separar casa y trabajo. Mezclar los asuntos de ambos lugares es uno de los "principales focos de preocupaciones en los talleres familiares", se advierte en el artículo por eso, es importante, "no trasladarlos de un lugar a otro, pues eso sólo genera cansancio y agotamiento".

Tener una estructura clara. Cada miembro, señala Loctite, "ha de tener claro cuáles son sus habilidades y que no se otorgan cargos por los lazos familiares, sino por la capacidad".

Cuenta con trabajadores externos. El artículo concluye con que hay determinados trabajos "que requieren de especialistas". Por este motivo, recomienda contratar personal que no sea de la familia "para determinadas tareas".

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