El mantenimiento preventivo es una medida de precaución que los profesionales del taller señalan a sus clientes como esencial para que no se encuentren con averías inesperadas que a la larga les pueden suponer un mayor presupuesto.

Entre los aspectos más importantes de este proceso, First Stop destaca en un post que publica en su blog, la revisión del líquido refrigerante con el motor en frío observando el depósito semitransparente que hay en el vano motor. Además, destaca que no se debe utilizar agua del grifo para rellenarlo por su bajo punto de congelación.

Otro líquido básico para el buen funcionamiento del coche es el aceite del motor, que lubrica las piezas de este dispositivo para evitar rozamientos y averías. Para ver si su nivel es el adecuado, se debe encender el motor y que este llegue a su temperatura óptima. A continuación, con la varilla específica que hay bajo el capó se comprueba que esté entre los dos marcadores que vienen marcados. Si es necesario rellenar, se ha de consultar el libro del fabricantes para asegurarse del tipo de aceite que recomienda.

En cuanto a la batería, es uno de los elementos que más sufren en esta época del año, por lo que el artículo recuerda que conviene revisar la carga con un amperímetro. Junto a esto, las revisiones de mantenimiento tampoco deben olvidar la limpieza y cuidado de los bornes de la batería, los cuales no deben quedar completamente expuestos a los elementos porque se oxidan y deterioran.

Por otro lado, la revisión de los neumáticos no tiene que perder de vista que estos se encuentren dentro de los límites establecidos por el fabricante y que nunca deben estar por debajo de los 16 milímetros de dibujo.