Hace tiempo, los mecánicos en los talleres de reparación arreglaban las piezas averiadas de los vehículos mediante procesos artesanales de fabricación o rectificado de los elementos que estaban dañados.

Sin embargo, las necesidades creadas por las nuevas tecnologías y los usuarios, así como los tiempos que son importantes cumplir para conseguir una adecuada satisfacción del cliente han hecho que los establecimientos hayan cambiado la forma de trabajar.

Salvo en contadas ocasiones, bien por falta de existencia del componente a sustituir o bien porque se busque modificar el existente, es difícil asistir a un proceso como el que se muestra en el siguiente vídeo, donde se reconstruye una rótula de suspensión de un Nissan.