Diez curiosidades poco conocidas de los limpiaparabrisas
Inventores, cuántos ciclos de limpieza aguantan o la mejor manera de mantenerlos son algunos de los datos que Carglass ha recopilado en esta lista.
Carglass España, que está en plena campaña de Semana Santa para el mantenimiento de parabrisas y escobillas, ha elaborado una lista de diez curiosidades acerca de los limpiaparabrisas. Quién los inventó, cuántos ciclos de limpieza aguantan o cómo mantenerlos correctamente son algunas de las peculiaridades y consejos que la red ha recogido en la siguiente recopilación de datos.
1. El invento de los limpiaparabrisas se atribuye a tres inventores, que tuvieron la misma idea en 1903: Mary Anderson, Robert Douglas y John Apjohn. Sin embargo, es la estadounidense Mary Anderson quien se ha llevado el mérito de esta invención, pues su sistema fue el primero en ser eficaz y sobre él se basaron los de la mayoría de los fabricantes de la época.
2. Robert Kearns fue quien popularizó el sistema de limpiaparabrisas intermitentes en 1963 (aunque los primeros datan de 1923). Este profesor universitario de Detroit le presentó el diseño a Ford, que lo rechazó, aunque luego ofreció un sistema similar en sus coches. Kearns demandó a Ford en 1978 y a Chrysler en 1982 por infracción de patentes. Ford llegó a un acuerdo y le indemnizó con 10,1 millones de dólares. Con Chrysler litigó hasta el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, ganando el juicio en 1995 y recibiendo 30 millones de dólares como indemnización.
3. La primera escobilla de caucho la desarrolló Tri-Continental en 1917, con un mecanismo de dos piezas se hizo popular en los automóviles de la época.
4. El Citroën 2CV disponía, originalmente, de un sistema de limpiaparabrisas mecánico conectado a la transmisión mediante un cable con el que también funcionaba el velocímetro. Cuando el coche estaba parado, los limpiaparabrisas no funcionaban y había que accionarlos manualmente con una palanca.
5. Bosch tiene la fábrica de escobillas más grande del mundo en Tienen (Bélgica), que produce cerca de 55 millones de escobillas y 8 millones de brazos limpiaparabrisas al año.
6. Unas escobillas realizan más de 750.000 barridos del parabrisas en su vida útil, lo que supone limpiar la superficie de 80 campos de fútbol. Se recomienda sustituirlas una vez al año o cuando comienzan a aparecer franjas o superficies veladas en el campo de visión al accionarlos. Si hacen ruido en cada movimiento, hace mucho que tenían que haber sido cambiadas.
7. El desgaste de las escobillas procede, en primer lugar, de soportar las inclemencias climáticas: fluctuaciones de temperatura entre -30 °C y 80 °C, y exposición a la luz solar directa. Los coches que duermen en garaje conservan mejor sus escobillas que los que soportan el frío y la incidencia directa del sol. En segundo lugar, el desgaste se ocasiona por la propia fricción contra el cristal, que se acentúa con la suciedad, insectos, hielo…
8. Lo más aconsejable es que las escobillas sean instaladas por un profesional, pues una mala colocación puede ocasionar ralladuras en el cristal. Si esto no fuera posible, las escobillas Bosch, por ejemplo, tienen un código QR en el paquete que, al escanearlo con un smartphone, lleva al vídeo que explica su correcta instalación.
9. Para que las escobillas mantengan su eficacia durante el mayor tiempo posible, es aconsejable limpiarlas periódicamente con un detergente y esponja —al menos, una vez al mes— para eliminar cualquier adherencia que interfiera en el barrido.
10. No es recomendable accionar los limpiaparabrisas cuando el cristal está helado o acumula mucho polvo o tierra, pues se daña la superficie de las escobillas. Utilizar un líquido limpiaparabrisas mejora la eficacia y duración de las escobillas.
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