En los últimos años, se ha instaurado una creciente moda de reprogramar unidades de control, con el fin de aumentar la potencia del motor y, en algunos casos, reducir el consumo de combustible.

Para ello, se recurre a modificar la cartografía de la UCE sin llegar a tocar el diagrama de distribución, el sistema de sobrealimentación, válvulas… En definitiva, aumentar los caudales de inyección y la presión de soplado del turbo.

El resultado es un notable aumento de par a cambio de una pequeña inversión. Sin embargo, no podemos pasar por alto los riesgos que entraña este tipo de operación, máxime cuando se trabaja con equipos y cartografías de dudosa procedencia.

En este vídeo vemos cómo se lleva a cabo una operación de este tipo.