Schaeffler muestra su nuevo prototipo de hibridación de 48 voltios
Gasoline Technology Car II es capaz, según el fabricante, de ofrecer ahorros de combustible de hasta el 25%, con un objetivo de emisiones inferior a los 85 g/km.
Los cambios que está sufriendo la industria del automóvil se acentúan cada año. Todo ello dentro de un marco en el que la búsqueda de la eficiencia energética supone un verdadero reto, al que constructores y fabricantes de componentes están respondiendo con diferentes propuestas. De todas ellas, los vehículos eléctricos e híbridos se han convertido en las más visibles.
En este escenario, Schaeffler acaba de presentar el GTC II, un prototipo desarrollado conjuntamente con Continental sobre dos características que seguirán jugando, a juicio del fabricante de componentes, “un papel crucial” durante varios años: los motores de gasolina y las cajas de cambios manuales.
Según todas las proyecciones, apunta Schaeffler, “este tipo de vehículos mantendrá un peso importante en el mercado global en los próximos 10 años, de aproximadamente el 30%. Es precisamente ante esta realidad cuando los sistemas de hibridación suave de 48 voltios se han revelado como la mejor alternativa para lograr mejoras significativas en materia de consumo y emisiones”.
Este tipo de vehículos combina diversas tecnologías en torno a un motor eléctrico, para optimizar las cifras de consumo y emisiones de los motores de gasolina. El sistema de 48 voltios se acopla directamente a la mecánica tradicional, manteniendo la transmisión manual, adecuada para las mecánicas de gasolina de bajo consumo, gracias a su menor peso y volumen.
El GTC II es el segundo prototipo desarrollado para probar las posibilidades de la aplicación de los sistemas de 48 voltios, y su principal diferencia frente al GTC I (lanzado en 2014) es la integración del motor eléctrico entre el motor de combustión y la transmisión, lo que le permite, a juicio de Schaeffler, “aumentar su eficiencia de funcionamiento, al incrementar el descenso de consumos y emisiones del 13 al 25%”.
La base elegida para desarrollar el GTC II es un Ford Focus equipado con un motor Ecoboost tricilíndrico de 1.0 litro, propulsor, según Schaeffler, “de gran eficiencia y exponente de la generación del downsizing”.
En su interior, el motor eléctrico se integra en el tren de propulsión mediante una correa que gira entre el motor de combustión y el eléctrico. Dos embragues, uno a cada extremo de la correa, permiten que el motor de combustión quede completamente desacoplado siempre que la unidad electrónica lo determina.
De este modo, el vehículo puede circular en modo ‘sailing’, es decir, con el motor apagado y aprovechando la inercia, situación muy habitual en conducción con tráfico elevado. Además, el motor eléctrico es capaz de propulsar el vehículo de modo independiente en el arranque y conducción suave hasta una velocidad de 30 km/h. Al igual que en un vehículo híbrido, éste recibe carga, gracias a los ciclos de deceleración y, si fuera necesario, del motor de combustión.
El funcionamiento del sistema es “extremadamente suave y rápido, permitiendo que el motor de combustión se active en tan solo 600 milisegundos”, según apuntan desde Schaeffler.
En este sentido, “juegan un papel clave” los actuadores de embrague desarrollados por Schaeffler, que permiten acoplar y desacoplar el motor en un espacio de tiempo “extremadamente corto”.
Otra novedad que Schaeffler destaca del GTC II, es la posibilidad de mantener el aire acondicionado en funcionamiento de modo independiente al motor de combustión, gracias a la integración del compresor en el sistema. En todos los casos, el objetivo es que el conductor pueda realizar una conducción tradicional sin que la activación de los diferentes modos de conducción altere sus sensaciones al volante o su confort de circulación.
"Para lograr unas cifras de eficiencia tan elevadas, ha sido necesario recurrir a diversas tecnologías y desarrollos de última generación, como el módulo de control térmico desarrollado por Schaeffler, un elemento clave que por sí solo es capaz de lograr una reducción de consumo y emisiones de hasta un 4%”, asegura el fabricante.
Este componente permite que el motor alcance su “temperatura óptima de funcionamiento en el menor tiempo posible”, y se mantenga así en todas las condiciones de operación, prolongando la vida útil de todo el sistema.
Por su parte, el catalizador eléctrico de 48 voltios EMICAT, desarrollado por Continental, permite reducir las emisiones, incluso después de paradas prolongadas del motor.
Gracias a esta estrategia, concluyen desde Schaeffler, es "posible garantizar que el GTC II cumpla con los estrictos requerimientos del estándar de emisiones Euro 6c que entrará en vigor en el periodo 2017/2018”, dato que ha llevado a los principales constructores europeos a “mostrar su interés y colaboración con este vehículo, cuyas soluciones veremos muy pronto aplicadas a la producción en serie".
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