Claves para reducir el impacto de la pandemia y la menor movilidad en los talleres de carrocería
El blog de PPG Refinish explica que para mantener la rentabilidad del taller, costes, eficiencia y productividad son factores fundamentales. Si los talleres son capaces de controlar los costes (sin merma de la calidad), el objetivo pasa por revisar los procesos para mejorar eficiencia y productividad.
Arañazos al aparcar o pequeños golpes, habituales en el día a día de las ciudades españolas, son algo más de la mitad de las reparaciones de carrocería que se realizan habitualmente en España y que la pandemia y su aparejada menor movilidad provocó que cayeran el 23%, según el informe “Cartografiando la posventa” de Solera, que mueve más de cuatro millones de reparaciones anuales, del que se hace eco el blog de PPG Refinish.
En un contexto de pandemia, con el 20% menos de kilómetros recorridos y el 17% menos de consumo de combustible (según CORE), los pequeños golpes de circulación (reparaciones de paso rápido por el taller y cuyo gasto no excede los 600 euros), han caído en picado. Hasta tal punto, que su descenso fue el doble que el de las reparaciones más caras, aquellas que superan los 15.000 euros y que apenas suponen el 0,3% del total.
Recuperación rápida
Asegura el informe de Solera que el aumento de la movilidad provocará una recuperación rápida en las operaciones de carrocería, mucho más que las de mecánica, de modo que la consultora pronostica que las primeras cerrarán 2021 el 7% por debajo de 2019, mientras que las segundas lo estarán algo más, el 11%. Se debe, según Solera, a que la carrocería depende única y exclusivamente de que los coches se muevan y, derivado de ello, sufran golpes e incidentes. Por el contrario, la mecánica, muy supeditada a los kilómetros, se verá condicionada al retrasar los conductores los mantenimientos preventivos y correctivos, lo que hará que la recuperación sea más larga en el tiempo.
Tampoco ayuda un parque más envejecido, pues los coches de más de 10 años, que son dos terceras partes del total, hacen apenas una de cada cuatro reparaciones, siendo, además, poco rentables para el taller.
Explica el responsable de mercado posventa de Solera, José Luis Gata, que el taller pequeño puede tirar de un parque envejecido, que hace las operaciones imprescindibles para seguir circulando, “pero es necesario más coche nuevo, porque hace más kilómetros y eso se traduce en más operaciones de carrocería y mecánica, más volumen de trabajo y más rentabilidad para la posventa”.
Armas de taller
Ante esta coyuntura, muchas son las variables que influyen en la marcha del negocio, pero si lo que se quiere es atajar la caída de las visitas al taller para seguir manteniendo la rentabilidad del negocio, costes, eficiencia y productividad son factores que no deben perderse de vista.
Si los talleres son capaces de controlar los costes (sin merma, eso sí, de la calidad, pues lo barato al final sale caro), el objetivo pasa por revisar los procesos para mejorar eficiencia y productividad.
No en vano, la eficiencia en el taller de carrocería repercute directamente en la cuenta de resultados, por lo que trabajar en su mejora desde los puestos de responsabilidad es fundamental para el éxito. Eso sí, es crítico no perder de vista que la eficiencia es un esfuerzo de equipo y todo el taller debe trabajar en la misma dirección para mejorarla.
Aunque mejorar la productividad puede parecer difícil, con una planificación adecuada, el taller puede alcanzar altas cotas. Para ello, conviene no olvidar ciertos aspectos que impactan directamente en la productividad, como la digitalización, la innovación, la formación, la motivación, la planificación o la eficiencia, y cuyo cumplimiento y desarrollo permitirá aumentarla.
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