Más de 2.500 vehículos, con el apoyo del Gremi de Talleres, colapsan Barcelona por la ZBE

Unos 2.500 vehículos, según la Plataforma de Afectados por las Restricciones de Circulación en Barcelona, colapsaron este domingo 2 de febrero el paseo de Gràcia y la calle Aragó, entre Pau Claris y Balmes, para protestar contra la normativa del Ayuntamiento de Barcelona, conocida por las siglas ZBE (Zona de Bajas Emisiones). Una concentración convocada por la asociación Parc que mayoritariamente tuvo a coches clásicos como imagen, pero que también fue secundada por representantes de los talleres de reparación, que vaticinan pérdidas importantes en los próximos meses.

La entrada en vigor de la ZBE tendrá en los centros de reparación de la zona limitada al tráfico "un efecto directo en la facturación" de estos negocios, según el secretario general del Gremi de Talleres de Barcelona, Ramón Casas. Aunque no hace falta esperar a la puesta en marcha, ya que a su juicio ya hay cierta "parálisis" del sector entre los propietarios de vehículos con más edad o sin etiqueta ambiental. En declaraciones recogidas por "El Periódico", Casas asegurar que "no acuden al taller porque de alguna manera están valorando qué hacer con ese vehículo, si cambiarlo por otro o darlo de baja".

Hasta media docena de alegaciones a la ordenanza de la ZBE impuesta por el consistorio de la Ciudad Condal se han presentado hasta el momento, incluida la que hace referencia a las conocidas como pruebas dinámicas de diagnosis o comprobación autorizada por el propietario del vehículo. Desde el Gremi se reclama una autorización específica para esta "actividad singular", la de poder poner a prueba el coche en el horario laborable del mecánico.

Entre sus alegaciones a la Ordenanza ZBE, que según Casas han tenido "buena acogida por parte de la Administración" el Gremi denuncia la falta de voluntad para aplicar las medidas de manera flexible y progresiva y que la restricción a la circulación impuesta a los automóviles sin distintivo ambiental se hace, por el momento, de forma indiscriminada, sin aplicar criterios de proporcionalidad respecto al uso y la caracterización técnica del vehículo, como son el kilometraje, la necesidad y las condiciones de la conducción, las emisiones, los segmentos y el mantenimiento de los equipos anticontaminantes instalados, y sin prever un sistema de autorizaciones y reconocimiento por adecuaciones y transformaciones con incidencia en las emisiones a la atmósfera.