Los talleres navarros facturaron el 25% menos en 2020 y prevén un 2021 similar
Una encuesta de la ANTRV señala que el 65% de los centros registraron peores cuentas en 2020 respecto al año anterior y solo el 8,5% aseguró haber crecido. Además, vaticina que 1 de cada 4 talleres reducirá plantilla en 2021 y solo el 7,7% la ampliará.
A pesar de las malas cifras de matriculación durante el año pasado y el comienzo de este y de la elevada antigüedad del parque automovilístico español, los talleres navarros no repuntan en su actividad. Los empresarios de la comunidad foral sitúan la reducción media de la facturación en torno al 25% en comparación con 2019, y las perspectivas para 2021 no son halagüeñas, según una encuesta orientativa (por la escasez de respuestas) de la Asociación Navarra de Talleres de Reparación de Vehículos (ANTRV), de la que se ha hecho eco NavarraCapital.es. El motivo es que estiman que van a notar los efectos de una crisis económica disimulada en 2020 por los Erte. A pesar de todo, el 47,5% de las empresas encuestadas espera para 2021 un volumen de trabajo similar al del pasado, el 31% que subirá la actividad y el 19% prevé que trabajará menos.
Según dicha encuesta, las cuentas de resultados de 2020 son peores a las del año anterior en el 65% de los negocios y únicamente el 8,5% asegura haber crecido. Por lo que respecta al empleo, uno de cada cuatro talleres cree que tendrá que reducir la plantilla a lo largo de 2021 si no se produce un cambio significativo de la situación y solo el 7,7% prevé ampliarla. Claro que también el 25,6% asegura que contrató a más empleados en 2020.
A juicio de Luis Ursúa, secretario general de la ANTRV, la situación es dispar y, en el mejor de los casos, los talleres mantuvieron la facturación. Los confinamientos regionales y locales, así como el cierre perimetral, han hecho que se viaje menos y que los trayectos sean más cortos y espaciados, con lo que se redujo el riesgo de averías y se necesitaron menos cambios de aceite, filtros o neumáticos. A todo eso se añade “la incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir con el Covid-19, que lleva a la gente a pensárselo dos veces antes de hacer un gasto”. Además, los coches antiguos se cuidan menos, por ejemplo, en lo que al estado de la carrocería se refiere. Todo lo contrario de lo que ocurre con los modelos nuevos, lo cual es “un error, porque el mantenimiento evita gastos posteriores más elevados”.
Ursúa señala que, tras el confinamiento decretado con el primer estado de alarma, hubo un aumento de las reparaciones, sobre todo de puestas a punto. “Pero, a partir de octubre, se ha producido una caída de la actividad y los clientes piden las reparaciones esenciales para que el coche pueda seguir circulando al menor costo posible. Puede haber talleres que han trabajado más, pero sin aumentar por eso la facturación. Es algo que ya vivimos durante la anterior crisis económica”.
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