A las marcas no les gusta el coche eléctrico

95 gramos de CO2/kg. El nivel de emisiones máximo permitido a los coches nuevos que se matriculen en Europa a partir de 2020 y que lleva de cabeza a los constructores de coches. Una imposición de las administraciones, que son las que verdaderamente están obligando a las marcas a apostar por la electrificación.

Lo afirmó Joan Miquel Malagelada, presidente del Club de la Automoción de ESADE y consultor (ex directivo de empresas fabricantes de automóviles), y fue uno de los mensajes de más impacto en su ponencia en el curso del XXX Congreso de Serca, celebrado en Madrid.

Son esas imposiciones medioambientales las que han acelerado la carrera entre los fabricantes de automóviles para producir e impulsar la venta de vehículos eléctricos, híbridos e híbridos enchufables para alcanzar esos niveles de 95 gramos CO2/KG. “Pero ni a las marcas ni a los usuarios les gusta el coche eléctrico”, señaló Joan Miquel Malagelada, que se refirió a la carestía de estos modelos, a su escasa autonomía y a la dificultad para la recarga de las baterías como inconvenientes principales.

En estos momentos, y para el cumplimiento de las emisiones, el coche ideal para los constructores es el híbrido enchufable, aunque el problema esencial es su elevado precio. De media, un coche eléctrico cuesta 2,5 veces más que uno de combustión.

Ante esta situación, los fabricantes, que con unas ventas del 10% de eléctricos cumplirían con esos 95 gramos de C02/kg., están presionando a las redes de concesionarios para que no matriculen en 2019 coches eléctricos, y que en 2020 una de cada diez unidades que vendan sea un eléctrico.

Otras opciones para los constructores para amoldarse a esos requerimientos serían vender menos coches más contaminantes como los SUV, que suponen el 36% de las matriculaciones en Europa, o su agrupación o acuerdos con fabricantes puros de vehículos eléctricos (el caso FCA-Tesla). Malagelada auguró también un aumento del precio de los coches en el futuro.

En cuanto a las previsiones para España, el experto indicó que en 2030 habrá un parque eléctrico de 2,15 millones de unidades de un total de 25 millones, por lo que los vehículos de combustión seguirán representando aún más del 90%.

Para Joan Miquel Malagelada, uno de los grandes cambios en la automoción será pasar de la propiedad al uso y al coche como servicio (CaaS). Y pronosticó un crecimiento del renting, por la incertidumbre entre los usuarios sobre qué coche comprar. De hecho, Amazon está apostando por la modalidad del renting en su negocio de venta de coches.

Todo esto, junto con las nuevas formas de uso del automóvil como el car-sharing, o el desapego de los jóvenes por la adquisición de un vehículo, está provocando, a juicio del experto, una “tormenta perfecta” en el sector de la automoción. Habrá que ver su repercusión concreta en el ámbito de la posventa.