Schaeffler hace sentir la influencia de los fabricantes de componentes en la movilidad
Mathias Zink, CEO de su división Automotive (OEM): "Tenemos la autoridad y la credibilidad para dar nuestra versión”.
Fabricantes de componentes y constructores de vehículos afrontan juntos una crisis de credibilidad de la industria automovilística y los retos que supone la nueva movilidad y la creciente electrificación. No es de extrañar, por tanto, que en el Salón del Automóvil de Frankfurt 2019 (IAA) marcas de coches y de piezas coincidan en participar y muestren sus nuevos modelos y soluciones.
Entre los fabricantes de componentes, Schaeffler está aprovechando la feria no sólo para enseñar sus desarrollos, sino también para difundir sus ideas y proyectos acerca de la movilidad del futuro. Un grupo de periodistas españoles, invitados por la marca, tuvo la oportunidad de conocerlas con detalle, en una mesa redonda con Mathias Zink, CEO de la división Automotive (OEM) de la multinacional alemana.
¿Por qué acude Schaeffler a una feria como la IAA? “Ahora más que nunca los fabricantes de componentes y sistemas necesitamos esta visibilidad porque, honestamente, debido al escándalo de las emisiones diésel, la industria ha perdido credibilidad. Creemos que es el momento de que las principales compañías proveedoras como la nuestra demos un paso adelante y mostremos nuestros productos e ideas”, señala el directivo de Schaeffler.
Mathias Zink augura que a medio plazo el papel de los fabricantes de componentes en la industria de automoción va a ser aún más fuerte. “En el pasado no recibíamos la atención de ahora. Hoy quieren conocer nuestra visión de la movilidad. Hace cinco años nadie quería saber la opinión de la tecnología de transmisión. Tenemos la autoridad y la credibilidad para dar nuestra versión”, añade Zink.
La apuesta por la movilidad eléctrica es una tendencia imparable (bastaba con darse un breve paseo por la feria para constatarlo), pero Schaeffler fija unas estimaciones no tan exageradas sobre su incidencia real en el futuro de la industria. Para el fabricante, los coches eléctricos representarán en 2030 el 30% de la producción mundial. El 70% restante seguirá llevando algún tipo de motor de combustión (40% híbridos y 30% de explosión).
El negocio de la movilidad eléctrica rsupone en la actualidad algo más del 5% de los 9.000 millones de euros que factura la división Automotive de Schaeffler. El aftermarket, contemplado fuera de esta unidad de negocio, supone el 13% de los ingresos de la compañía (1.846 millones). El resto de la facturación de la multinacional, hasta 14.200 millones, corresponde a las ventas en Industria.
Las previsiones de Schaeffler apuntan a que un período de 10 a 15 años la movilidad eléctrica supondrá para la compañía unas ventas de 6.000 millones de euros. La compañía se siente preparada para este cambio: “Nuestros productos y sistemas de movilidad eléctrica están presentes en los nuevo modelos de Porsche, Audi o Toyota, una presencia muy similar a la que tenemos en el mercado de mecánicas de combustión interna y que aspira a ser global”, indica Mathias Zink.
El CEO de Schaeffler Automotive es partidario de un frente común, una armonización entre todas las partes e intereses presentes en la transformación de la movilidad, en el que participen el sector energético, el automovilístico, los consumidores, las asociaciones. “No se trata sólo de hibridar y electrificar. Hay que mirar más allá, teniendo en cuenta el futuro y a todos los que pueden jugar un papel importante”.
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