¿Y ahora qué? Sánchez abandona el Gobierno dejando al sector en la incertidumbre
La anunciada prohibición de los motores de combustión y los ataques al diésel, principales errores del Gabinete saliente.
Con el rechazo de los Presupuestos y la convocatoria de elecciones generales, concluye la andadura del Gobierno más breve desde 1978. Una andadura que, en el caso del sector de la automoción, deja un balance negativo, marcado por la incertidumbre y la falta de comunicación con fabricantes, recambistas y concesionarios.
Sin duda, el plan para prohibir los vehículos con motores de combustión interna para 2040 ha sido el anuncio más llamativo para el sector. Aunque la ley de cambio climático y transición energética no llegará a ver la luz en esta legislatura, queda patente la contradicción entre un Gobierno con un horizonte temporal que se sabía escaso con un anuncio que comprometía el futuro del sector español de la automoción a 20 años vista.
La incertidumbre creada entre los conductores acerca de qué vehículo comprar ya está lastrando las ventas de los concesionarios. Si 2040 se instala en el imaginario colectivo como la fecha a partir de la cual ya no se venderán vehículos diésel y gasolina y 2050 como el año en el que dejen de circular, es de esperar que las ventas de estos automóviles se vean afectadas, sin que parezca que las de eléctricos compensen el volumen perdido.
Aunque todavía está por ver cuál será la postura del resto de partidos en la descarbonización, se corre el riesgo de que todos asuman implícitamente la medida. De ser así, una decisión tomada con cierta ligereza por un Ejecutivo efímero puede comprometer el futuro del sector a medio plazo.
Diésel y diálogo
La persecución al diésel, iniciada por algunos ayuntamientos y a la que el Gobierno se sumó planteando una subida de impuestos a este combustible, ha sido otra de las decisiones que están afectando al mundo del automóvil. Las ventas de vehículos propulsados por gasóleo han caído el 20,7% en 2018 y su cuota de mercado ha bajado 12 puntos.
A todo ello hay que sumar la falta de una estrategia global y el escaso diálogo con el sector. A finales de enero, Sernauto emplazaba al Gobierno a adoptar una estrategia-país para facilitar la transición industrial y tecnológica de los fabricantes de componentes para automoción, de cara a los retos a los que debe hacer frente el sector.
En cuanto al diálogo, y la falta de conocimiento de la realidad del automóvil, ha sido motivo habitual de queja para el sector. El deseado Acuerdo Estratégico del Sector de Automoción, a pesar de haberse anunciado en numerosas ocasiones, no se ha cerrado antes de que la ministra de Industria, Reyes Maroto, abandone el ministerio.
Queda por ver ahora el contenido de los programas electorales de los cinco grandes partidos en lo que respecta al sector de la automoción. Sea como fuere, todos deberían tomar nota de los errores de Sánchez y encarar medidas que tengan en cuenta al sector y corrijan la incertidumbre generada en estos últimos meses.
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