BMS o la clave de la eficiencia de las baterías en modelos electrificados
Juan Francisco Calero, en nombre del Grupo Serca, explica en este video qué es el BMS, componente encargado de gestionar, total o parcialmente, la batería en vehículos electrificados. Según el tipo de coche eléctrico, hay distintos tipos de BMS.
El canal de Youtube de Grupo Serca, con Juan Francisco Calero, explica en una nueva entrega qué es el BMS, o Battery Management System (sistema de gestión de la batería), componente encargado de gestionar, total o parcialmente, la batería en vehículos electrificados. Según el tipo de coche eléctrico, hay distintos tipos de BMS.
Señala Calero que la batería de un vehículo electrificado es una disposición de cientos o de miles de celdas, unidas en serie o en paralelo, que forman un módulo. Estas celdas acumulan la energía, que el BMS se encarga de gestionar. El BMS es el “cerebro” que recibe información de las centralitas que, a su vez, están agregadas a cada uno de estos módulos. Dependiendo del tipo de vehículo, puede tener una centralita por cada módulo de baterías o una para todos. En cualquier caso, el BMS es el cerebro que controla, gestiona y se comunica también con el conductor y con los distintos interfaces del coche relacionados con la carga y la descarga, para que todo funcione bien y el sistema esté protegido.
Tres son, por tanto, sus funciones básicas: controlar el estado de la batería, gestionar todas las celdas que la conforman y administrar la batería en su conjunto. Su trabajo consiste en controlar la velocidad de carga de la batería para que no sufra daño y vigilar el estado de la carga de la batería o SOC (State of Charge), para saber cómo está y cómo protegerla en su margen útil de utilización, pues las baterías de litio, fuera de ese margen, corren el peligro de descargas súbitas, de dañarse e, incluso, incendiarse. Por ello, el estado de carga monitoriza constantemente parámetros como temperatura exterior e interior de las baterías, demanda de energía mientras se conduce, estado de las celdas, etcétera, para dar una estimación de cuál es la carga de la batería, cuánto estamos consumiendo y cuántos kilómetros podemos recorrer.
Igualmente importantes es el estado la salud de la batería. El sistema es capaz de saber qué celdas tienen un riesgo potencial de degradación, porque las baterías pierden capacidad también con las cargas y descargas y los vehículos eléctricos son especialmente sensibles en el último 20% de carga. Por ejemplo, una batería puede haber perdido parte de su capacidad útil (ha bajado al 75 u 80%) y al recargarse por completo, el BMS estima los kilómetros que puede recorrer con la nueva capacidad (75 u 80%).
En los vehículos eléctricos hay un margen de carga que no se utiliza. Ese margen lo puede utilizar el BMS cuando detecta celdas defectuosas, aunque en muchas ocasiones eso no es suficiente y la capacidad de la batería se va reduciendo poco a poco. Por último, es muy importante también que se graben los datos y se comuniquen a los sistemas de diagnosis utilizados en el taller y al propio conductor, para saber exactamente el estado de la batería
En conjunto, resume Calero, el BMS es algo más que una centralita, es la clave de la eficiencia de las baterías, para que duren el mayor tiempo en el mejor estado posible, además de transmitir información fundamental al conductor. Además, es el encargado de protegerla contra el sobrecalentamiento, ya que calor la afecta mucho más que el frío. Este ataca su rendimiento, pero no a su vida útil, lo que sí hace el calor.