Semana Santa: claves para el mantenimiento básico del coche
Midas aconseja la revisión de los neumáticos, del líquido refrigerante y del sistema de frenado para garantizar la seguridad vial.
Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, el control y mantenimiento de los dispositivos del coche son las "medidas de seguridad vial que los conductores deben tener en cuenta antes de llevar a cabo sus desplazamientos", según recomienda la red de talleres Midas.
Bajo esta premisa, la enseña aconseja la revisión de neumáticos, del líquido refrigerante y del sistema de frenado antes de salir, a la vista de los 15 millones de desplazamientos que prevé la DGT durante este periodo festivo en España.
— Neumáticos: es importante conocer el estado de los neumáticos y la medida de la presión antes de iniciar el trayecto. Por otro lado, Midas señala que hay que sustituirlos cuando la profundidad del dibujo de la goma sea inferior a 1,6 milímetros o sufra deformaciones, golpes o desgaste irregular. Además, una mala alineación de las ruedas afecta al desgaste de los neumáticos y a otros elementos de la dirección y la suspensión del coche, la cual se debería revisar cada 20.000 kilómetros.
— Líquido refrigerante: conviene revisarlo, especialmente, con el cambio de temperaturas, que se da con frecuencia en algunos puntos de España durante este periodo vacacional. Asimismo, con el objetivo de evitar el calentamiento del motor del coche, la enseña advierte de que hay que controlar, antes del inicio del viaje, el nivel del líquido refrigerante y su estado de conservación. Si no está en buen estado, será necesario cambiarlo.
— Sistema de frenado: es recomendable controlar el estado de las pastillas de freno cada 10.000 kilómetros. Por otra parte, la compañía aconseja estar alerta a indicios de posibles fallos en los frenos: variación de la trayectoria al frenar, cambios en el recorrido del pedal, falta de potencia y precisión al realizar la maniobra de frenado o encendido del testigo de frenos.
En cuanto a los discos de freno, deben comprobarse cada vez que se cambien las pastillas y sustituirse cuando los discos estén ovalados, oxidados, arañados, presenten un reborde o el espesor sea inferior al límite establecido por el fabricante. Finalmente, de manera periódica, ha de comprobarse el líquido de frenos y sustituirlo cuando la temperatura de ebullición sea inferior a la establecida.
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