Arnott recomienda la revisión de la suspensión neumática antes de salir de viaje
El sistema debe reemplazarse entre los seis y diez años, pero es necesario examinar los elementos para detectar fugas.
El estado de la batería y los neumáticos se convirtieron en la principal preocupación de los conductores y los profesionales del taller tras la desescalada. Además de estos elementos, la llegada de las vacaciones de verano se traduce en sobrecarga de peso en el coche y más kilómetros, lo que genera una presión adicional al motor del vehículo, a la transmisión y la suspensión.
Los expertos de Arnott han destacado que muchos talleres han puesto a disposición de sus clientes una oferta de "Revisión para vacaciones" que incluye la inspección del sistema de frenos, los líquidos, limpiaparabrisas, neumáticos, entre otros, haciendo hincapié en la necesidad de incluir también la comprobación del sistema de suspensión neumático.
Arnott ha subrayado como ventaja de que el vehículo vaya equipado con la suspensión neumática, que este sistema nivela al coche en todo tipo de circunstancias, incluyendo las cargas pesadas o el uso de remolques.
¿Cómo funciona el sistema de suspensión neumática?
Estos sistemas emplean un compresor para inflar las balonas de goma, que pueden estar separadas del amortiguador o combinados con él como un puntal de suspensión neumática. Los sensores de altura aportan a la unidad de control electrónico (Ecu) una señal cuando el vehículo no está a una altura predeterminada. Tras ello, el compresor bombea aire a las balonas hasta alcanzar la altura adecuada. Esta acción la realiza el sistema después de cargar, mientras esté parado, pero también mientras conduce, toma curvas, etc.
Las balonas y los puntales son piezas de desgaste, al igual que el resto de componentes de goma. El caucho, al secarse, puede ocasionar pequeñas grietas en el pliegue de la goma, lo que hace recomendable que la suspensión neumática deba sustituirse entre seis y diez años.
Pero además, otros factores como el kilometraje, las condiciones ambientales o de manejo, así como el uso fuera de la carretera, también influyen en la tasa de reemplazo.
Diagnóstico de una balona con fugas
Si el vehículo está estacionado durante algunas horas y presenta un esquina más baja de lo normal, el sistema tiene una fuga. Sin embargo, muchas suelen pasar desapercibidas para el conductor porque el compresor logra mantener una presión adecuada a pesar de la fuga.
A medida que esta aumenta, el compresor se sobrecaliente, o incluso llega a quemarse, en su intento por alcanzar la presión y la altura de manejo necesarias.
Estas condiciones empeoran con la carga adicional del equipaje o la conducción por terrenos sinuosos, siendo crucial realizar una revisión de estos elementos por parte de los profesionales del taller antes de salir de viaje.
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