Los talleres de Cuenca aumenta su actividad hasta el 20% por el verano
En julio y agosto se dispara la actividad entre un 15% y un 20% sobre la media mensual, según previsiones de Tracc. No obstante, su presidente Miguel Garrote, asegura que han tenido que "asumir el incremento de precios" para que no afecte a la clientela.
Los meses clásicos para recorrer distancias en vehículos particulares para tomarse unos días de descanso, siguen siendo los meses de julio y agosto. Por esto, son precisamente estos dos meses los que acumulan mayor actividad en los talleres mecánicos de Cuenca, que, según Las Noticias de Cuenca, se dispara entre un 15 y 20% sobre la media mensual.
Miguel Garrote, presidente de la Asociación Provincial de Concesionarios y Talleres de Reparación de Automóviles de Cuenca, explica, en declaraciones al citado medio, que está siendo “una buena época de trabajo porque la gente ha vuelto a viajar y eso significa que ponen a punto sus coches lo que se traduce en trabajo para nosotros”.
En este tipo de revisiones se presta especial atención a que la presión de las ruedas sea la adecuada, así como al buen estado del anticongelante, luces, sistemas de ventilación y de seguridad o el funcionamiento del motor.
Además, Garrote ha observado que, este verano, muchos clientes han apostado por “fraccionar las reparaciones con el fin de no desembolsar todo el dinero de golpe”.
RENTABILIDAD
En cuanto a la rentabilidad de los talleres, Garrote afirma que no tienen “la misma rentabilidad que hace un año”, aunque él ha apostado por “asumir el incremento de precios en la medida de lo posible y que esta no afecte a la clientela”. En cuanto al desabastecimiento, apunta que “las piezas tardan días en llegar”.
El Grupo Auracar también ha notado el aumento de mantenimiento preventivo de vehículos porque “los clientes se preocupan por tener a punto sus vehículos antes de emprender el clásico viaje de vacaciones”, señala Javier García, gerente de la compañía.
Ambos talleres coinciden en cómo está afectando el desabastecimiento de chips, que condiciona el suministro de piezas concretas.
García apunta que “la situación va mejorando paulatinamente, pero está todavía lejos de las cifras prepandemia”. “No tenemos la misma rentabilidad que hace un año pero hemos apostado por asumir el incremento de precios para que el cliente no se vea afectado”, concluye.
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