Cómo un arranque en frío afecta a los componentes del motor
Lo más recomendable es esperar a que el vehículo alcance una temperatura óptima para someterlo a esfuerzos.
Arrancar un vehículo en frío afecta negativamente al motor, por ello siempre es recomendable dar un tiempo para que el coche alcance su temperatura óptima y no someterle a sobreesfuerzos. Este punto óptimo sucede cuando la relación aire-combustible está equilibrada.
Durante los primeros minutos que el motor está funcionando, está virtualmente ciego, tiene mala circulación y está saturado de agua, explican desde el blog de Iberisa.
Durante el primer momento del arranque el sensor de oxígeno no está activo, por lo que el motor se ve obligado a hacer una estimación de la mezcla de aire y combustible en base a la entrada de aire y la temperatura del líquido refrigerante. En este momento la cantidad de aire supera en gran medida a la del combustible, por lo que el módulo de control de potencia no puede sacar la mezcla de combustible.
Durante este momento el combustible no se evapora, ya que tiende a quedarse en las gotas de aire y mezclarse con el aceite motor, desgastando los cilindros. Además, el aceite también podría colarse en el cárter ya que, con un motor frío, las holguras entre pistones, anillos y cilindros son mayores, añaden desde el blog.
El catalizador es otra de las piezas que más sufre y uno de los momentos donde se producen mayores daños a sus núcleos.
No es hasta que la celda de la bomba del sensor de oxígeno alcanza los 300 °C cuando comienza a leer el contenido de oxígeno en la corriente de escape. Una vez que los sensores de oxígeno están en funcionamiento, pueden controlar las relaciones aire-combustible.
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