Deformación programada, seguridad para los pasajeros
El desarrollo de elementos de seguridad pasiva crece con las nuevas tecnologías.
Hoy en día los vehículos se componen de diferentes elementos que ofrecen la denominada seguridad pasiva. Entre ellos se encuentran las zonas de deformación programada, cuyo objetivo es evitar un fuerte impacto a las personas que se encuentren en el interior del coche.
Para conseguir un mayor nivel de seguridad para los pasajeros, la tecnología ha ideado este sistema mediante el que determinadas áreas del coche se deforman con una cierta facilidad en el caso de que el vehículo sufra un accidente contra otro coche o bien sufra un golpe contra un muro.
Ante tal tipo de situaciones, estas zonas absorben una cantidad de energía mayor que si fueran más rígidas. Con ello, se consigue que las consecuencias del impacto para los pasajeros sean ostensiblemente menores.
Para saber dónde deben situarse estas zonas de deformación programada y alcanzar unos resultados adecuados, EuroTaller explica en su blog que se han tenido que hacer numerosas pruebas y desarrollar simuladores de accidentes que verifiquen su eficacia.
Algunos ejemplos de estas zonas son el paragolpes, el capó, las aletas o apoyos del motor, largueros y travesaños. Todos ellos están fabricados con materiales especialmente diseñados para ser más flexibles y absorber la energía generada en un choque, lo que ha ido complicando las reparaciones en el taller de carrocería.
Por ejemplo, en el caso de accidentes frontales, los vehículos acaban muy deformados. Con ello, se prioriza la seguridad de los pasajeros y se amortigua el golpe. De este modo, las reparaciones de este elemento son de importancia, debido a los daños que provoca el más mínimo impacto, si bien los sistemas de ayuda a la conducción están contribuyendo a la reducción de este tipo de siniestros en los últimos años.
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