Detectado un nuevo método que manipula la emisión de gases contaminantes

La Ertzaintza ha detectado un nuevo método para manipular el sistema Adblue que reduce los gases contaminantes en los camiones. El mencionado dispositivo Adblue es un aditivo líquido que disuelve con una mezcla de urea y agua las partículas contaminantes que expulsan los vehículos al medio ambiente.

La Policía vasca detectó la semana pasada, en uno de sus controles de transportes en una báscula de Irún para vehículos pesados, este proceso para la modificación informática del software, lo que hace todavía más difícil su detección, según los agentes.

Los ertzainas observaron en el salpicadero del camión cómo la aguja del nivel de Adblue marcaba cero, sin que hubiera ningún aviso luminoso en el panel indicador.

Ante las evidencias de manipulación del mencionado vehículo en Irún, los agentes procedieron a su traslado al servicio oficial del mismo para ser analizado con los medios técnicos del propio taller.

Tras varias horas de búsqueda de la anomalía, los técnicos concluyeron que la unidad EAS/2 (unidad de escape) presentaba una manipulación informática del software, consiguiendo que el vehículo pudiera circular sin Adblue y aprovechar una mayor potencia de motor, con una emisión de gases muy por encima de lo reglamentario.

Después de este análisis, los agentes de tráfico procedieron a denunciar al conductor del vehículo por manipulación en el sistema de emisión de gases y se inmovilizó el tráiler hasta su reparación.

En este caso, después de dos días en el taller, los técnicos procedieron a cambiar la unidad manipulada, todo el circuito del Adblue, un sensor del catalizador y el modulador. Este nuevo método es la primera vez que ha sido detectado en las carreteras de la comunidad autónoma vasca.

Los vehículos tienen que cumplir la normativa Euro5, es decir, que el vehículo pueda emitir al medio ambiente durante la combustión entre 300 y 400 partículas por minuto de gases NOX. Si existe manipulación, se llega a emitir al exterior unas 1.400 partículas por minuto, vulnerando la normativa europea.