Asegura Juan Francisco Calero que parece que existe cierto interés en confundir a la gente o simplemente que falta conocimiento sobre las pegatinas medioambiental y que, con ello, se crea cierta confusión con los vehículos diésel, porque muchas personas piensan que las tecnologías de propulsión de los coches están vinculadas a determinados combustibles que van a ir desapareciendo en una suerte de fecha de caducidad que alguien ha decidido.

Esto no es cierto y lo que marca real y legalmente que un coche pueda seguir circulando no es el tipo de combustible, sino la pegatina medioambiental concedida a ese vehículo. Una buena parte de los vehículos que circulan disponen de pegatina y la mayoría de los vehículos nuevos a la venta, ya sean gasolina o diésel, disponen de clasificación C, así como muchos modelos de ocasión. Por tanto, hay que descartar el miedo al diésel, porque van a seguir vendiéndose, y lo que marca la entrada a las ciudades, la que estipula lo que debes pagar en zonas de estacionamiento regulado, etcétera, es el distintivo medioambiental que lleva el coche, y la mayoría en torno a los 10 años, sean gasolina o diésel, tienen etiqueta, lo que significa que, a efectos de emisiones, están considerados exactamente igual que uno nuevo con el mismo distintivo.

Romper el tabú

Por tanto, hay que romper el tabú de que no merece la pena comprar un coche diésel, especialmente si estás comprando un seminuevo o un vehículo usado todavía en buen estado, porque lo que marca el futuro de ese vehículo frente a la normativa es la etiqueta y no las emisiones. En este sentido, Calero reitera que la inmensa mayoría de los coches que se venden actualmente recibirán la misma etiqueta que los fabricados hace años, por lo que, a efectos de circular por las ciudades, todavía les queda mucha vida útil por delante.

Tanto es así que, debido a la situación actual de escasez de microchip, muchísimas personas están optando por comprar automóviles seminuevos o vehículos usados, mientras otras se decantan por estirar el kilometraje o edad útil de los que tiene, siempre y cuando el coche haya estado bien cuidado y mantenido, lo cual deben seguir haciendo para pasar la ITV y conducir seguro. Es más, señala Calero que algunos modelos que no disponen de etiqueta medioambiental, como algunos diésel de 2004 hacia atrás y algunos gasolina de 2001 hacia atrás, es posible que tengan derecho a la misma, pues muchos de ellos ya cumplían las normativas requeridas, si bien la Dirección General de Tráfico (DGT) realizó la segregación por matriculaciones y no por emisiones reales.

Por ello, aconseja acudir a la red de Talleres SPG a informarse bien mediante ficha técnica o por fecha de homologación, por si el vehículo cumple Euro4, en el caso de los diésel, o Euro3, en el de los gasolina. Pues, independientemente de lo que diga la DGT, esos coches tienen derecho a etiqueta medioambiental.