Los talleres madrileños facturarán 821 millones menos por el coche eléctrico
La caída de ingresos será del 38% en 2050, pasando de 2.160 a 1.339 millones de euros, según datos de Solera.
La apertura a la movilidad 100% eléctrica en España impactará decisivamente en la industrial del automóvil y la posventa. Y en el caso de los talleres madrileños provocará una caída de la facturación del 38% con la electrificación del parque, lo que se traducirá en unos 821 millones de euros menos de ingresos, según el informe "La descarbonización de la posventa" presentado con motivo de la jornada Solera Talent celebrada en Madrid.
En concreto, si el sector de la posventa en Madrid prevé facturar 2.160,8 millones de euros en 2019 (lo que supondría un incremento del 7,5% en tasa interanual), pasaría en 2050 a ingresar 1.339,7 millones porque los vehículos de combustión interna necesitan de una serie de mantenimientos preventivos que con el eléctrico desaparecen.
Hay que tener en cuenta que los vehículos de combustión integran 25 piezas y elementos que no se encuentran en los vehículos eléctricos, como son el aceite, filtros de aceite, correa de distribución, bujías, inyectores, escapes, etc., y que entre todos ellos superan los 15.000 euros. Así, la pérdida de ingresos no se compensa en ningún caso con el "efecto batería" pues, si bien es una pieza costosa -con un precio medio de más de 11.000 euros-, tiene el hándicap de que el paso por el taller para cambiarla es cada diez años, una horquilla de tiempo mucho mayor que el requerido por las piezas de mecánica de un diésel o gasolina.
En la fotografía del parque de eléctricos en la Comunidad de Madrid, el eléctrico representa el 0,4% de los coches en circulación. Si hablamos de toda España, con más de 20.000 unidades, tres de cada cuatro de estos vehículos se localizan en la comunidad madrileña, auspiciado sobre todo por el renting.
Menos piezas, menos ingresos
La transición del diésel/gasolina al eléctrico debe ser ordenada, según la opinión de Solera. Pero, en cualquier caso, también tendrá su impacto en la mano de obra de los talleres madrileños. En el caso de un vehículo de combustión interna y a lo largo de diez años, supone un coste de 3.429 euros por taller, una cifra que se reduce en el eléctrico el 86% hasta los 489 euros. Y es que el número de horas trabajadas se rebaja en el 90%, pues cambiar una batería es una labor que apenas requiere seis horas de trabajo.
Actualmente, solo 2 de cada 10 talleres en España están digitalizados. Son sobre todo negocios pequeños que, en el caso de Madrid, suman 3.602 talleres, el 71% del total de empresas de reparación y mantenimiento de la región, que corren el riesgo de quedarse fuera al no estar digitalizados.
De ahí que el responsable de mercado posventa de Solera, José Luis Gata, "los talleres deben tener un ojo puesto en el futuro, en la descarbonización del parque y el auge de otras motorizaciones alternativas como la eléctrica, pero lo cierto es que su principal amenaza ahora mismo es la cuenta de resultados y la tecnología de los vehículos. Un taller tiene que digitalizar sus procesos para ser eficiente y poder prestar servicio a los coches actuales y futuros, cada vez más conectados y más equipados tecnológicamente".
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