Un taller pagará 6.000 euros porque un coche ardió en una prueba
Un operario comprobaba el funcionamiento del coche cuando se desataron las llamas.
Un taller de Plasencia (Cáceres) deberá pagar 5.980 euros después de que ardiera el vehículo de un cliente mientras un operario lo probaba en la calle.
El vehículo, un taxi, había sido llevado a reparar en junio de 2011 y, tras unos días en el taller, el taxista recogió su vehículo. A la entrega, el establecimiento indicó en la factura, que ascendía a 567 euros, que se retiraba el vehículo a sabiendas de que los inyectores se encontraban en mal estado, según publica la prensa local.
Al día siguiente, el propietario regresó al taller al no poder arrancar el vehículo y, unos días después, cuando un operario del taller probaba el vehículo en la calle, éste ardió.
El propietario del taxi reclamaba el pago de 12.455 euros por este perjuicio, aunque durante el juicio se supo que el vehículo, de seis años de antigüedad, había superado los 525.800 kilómetros, por lo que la indemnización finalmente fijada fue menor.
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