Cuándo deben sustituirse las escobillas del limpiaparabrisas
Afectan de forma importante a la seguridad en la conducción, sobre todo en invierno.
El buen estado de las escobillas es fundamental para la seguridad vial, especialmente en invierno. Si se encuentran desgastadas, la visibilidad en condiciones adversas disminuye de manera importante.
Esta pieza suele cambiarse cada uno o dos años, dependiendo de las condiciones en las que utilice el vehículo. No obstante, existen una serie de señales que advierten al usuario o al mecánico de que deben sustituirse de inmediato y que RO-DES resume en un post.
- Al accionar el limpiaparabrisas hacen ruido, aunque el cristal esté mojado. Por lo general, se debe al desgaste de la goma, que se suele endurecer y deteriorar con el paso del tiempo, más si el vehículo está expuesto a cambios de temperatura extremos o a una elevada suciedad ambiental.
- No limpian bien el cristal. Que se queden zonas sin limpiar o emborronadas puede deberse a dos motivos. El primero, un desgaste irregular de la goma; el segundo, un funcionamiento incorrecto del portaescobillas, que puede haber perdido sujeción y no ejerce la presión necesaria sobre la goma.
- El cristal se queda “a rayas”. Ocurre cuando las gomas de las escobillas están estriadas o tienen cortes. El resultado es una importante pérdida de visibilidad.
- El cristal se empaña por fuera. Puede deberse a que la goma se la escobilla se queda inclinada hacia un lado y no gira hacia el otro durante el retroceso. Esto sucede cuando se ha endurecido y no ejerce la presión necesaria sobre el cristal.
- Al tocarlas, se notan cortes o irregularidades. En este caso deben sustituirse lo antes posible.
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