¿Es peligroso el uso de sepiolita en el taller?
La firma Reynasa recuerda que los técnicos deben extremar las precauciones cuando la utilicen en los centros de reparación.
La sepiolita es un producto mineral utilizado para limpiar el taller y eliminar aceite, grasas, combustible y ácido gracias a su capacidad absorbente.
Para utilizarlo en los centros de reparación, se esparce el producto sobre la mancha o el líquido derramado y absorbe por contacto. Si se remueve, el proceso puede acelerarse. Una vez que el producto ha quedado totalmente impregnado con el líquido, se recoge y se elimina de forma que la limpieza es mucho más fácil y rápida.
Sin embargo, desde Reynasa explican en un post que no hay que perder de vista la peligrosidad que supone su uso para la salud de los mecánicos, ya que puede provocar irritación de la piel y las mucosas nasales al entrar en contacto de forma prolongada y repetida.
Con el fin de evitar este tipo de consecuencias, los expertos recomiendan tener presentes ciertas medidas de seguridad por parte de los trabajadores de dichos establecimientos en estos casos, como, por ejemplo, el uso de mascarillas, guantes o gafas protectoras para manipular el producto, además de ventilar la zona mientras el producto esté actuando.
Por otro lado, la enseña recuerda que como consecuencia de una exposición prolongada se puede generar una irritación y enrojecimiento del tejido conjuntivo. Para controlarlo es recomendable enjuagar los ojos con agua abundante en los siguientes 15 minutos con los párpados muy abiertos.
La firma también subraya que en exposiciones o manipulaciones de cantidades pequeñas de sepiolita también puede haber consecuencias para la salud.
Si se da una inhalación prolongada, pueden surgir problemas respiratorios. En tal caso, hay que alejarse del lugar y sonarse la nariz de forma enérgica para tratar de expulsar el polvo o partículas. En casos graves que necesiten traslado, se recomienda acostarse con el pecho levantado hacia arriba y acudir de inmediato al médico especialista.
Archivado en
No hay comentarios