¿Más negocio para talleres y menos para concesionarios por la crisis de los microchips?
Según CC OO, el retraso en la entrega de vehículos nuevos ha contribuido a impulsar la actividad del taller en Asturias, si bien está perjudicando la venta de vehículos en los concesionarios y el suministro de piezas por parte de los fabricantes de equipos y componentes ajenos a la electrónica del automóvil.
La crisis de los semiconductores está retrasando la entrega de vehículos nuevos en toda España, aunque en Asturias la demora se sitúa de media en nueve meses, señala elcomercio.es. Esta circunstancia, sin embargo, anima el negocio de otras empresas del sector, como los talleres, que están registrando un incremento de actividad, tal y como señala el secretario de Acción Sindical y Negociación Colectiva de CC.OO. de Industria de Asturias, José Manuel Cima. Unas declaraciones que, no obstante, hay que poner en cuestión, dado que la crisis de microchips y semiconductores afecta inevitablemente a los fabricantes de componentes, no solo de primer equipo, sino también para el mercado de recambio.
Asegura que “es cierto que la situación es preocupante, pero en la reparación ocurre lo contrario que en la venta y la carga de trabajo es buena”. En este sentido, el secretario de Bienes de Equipo, Material de Transporte y TIC de UGT-FICA, José Ramón García Iglesias, indica que la coyuntura es razonable en ventas y normal en talleres, “aunque ya está empezando a afectar en Asturias la crisis de los microchips”. El sector cuenta con alrededor de 3.500 trabajadores en Asturias, que acaban de renovar su convenio correspondiente a 2019-2023.
Ertes y prórrogas
En cambio, hay otros negocios del sector que están viéndose notablemente afectados por la crisis de los microchips, como las marcas con factorías en España. Así, Stellantis ha anunciado un nuevo Erte y Renault una prórroga del vigente, ante la imposibilidad de mantener los niveles de producción previos a la pandemia. La repercusión trasciende de las propias fábricas y afecta a los fabricantes de equipos y componentes, como Arcelor, y también a concesionarios y clientes.
Tras la pandemia, la demanda de los microchips, elementos esenciales en los automóviles, se disparó. La mayor parte de estos semiconductores proceden de Taiwán y Corea del Sur, pero las plantas dedicadas a esta tarea no dan abasto ante el enorme crecimiento de la demanda, de forma que el desabastecimiento ha causado grandes retrasos a la hora de comprar un vehículo. José María Salazar, miembro de la junta directiva de la Asociación del Automóvil del Principado de Asturias (Aspa), afirma que la demora media se sitúa entre ocho y nueve meses, aunque puede aumentar en función del acabado que quiera el cliente. Y concreta que, por ejemplo, comprar un turismo con techo solar, añade dos meses a la espera. En el lado positivo, Salazar observa que la demanda se mantiene en buenos niveles, como demuestran las visitas a los concesionarios, que no se han detenido a pesar de las trabas. No obstante, si el problema no se resuelve a corto plazo, Aspa asegura que tendrán que recurrir a regulaciones de personal. "Si las marcas no nos dan una solución, lo tendremos que plantear, porque la caída de ventas respecto a 2019 es del 35%", explica el consejero delegado de Tartiere Auto.
Los concesionarios asturianos esperan despejar parte de las dudas cuando los fabricantes les entreguen sus objetivos para el próximo año, a principios de diciembre. En el caso de que las marcas confirmen que esta situación se va a prolongar hasta el verano que viene, “tendremos que plantearnos los ajustes", reconocen desde Aspa.
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