La salud mental en los talleres: estrés, 'burnout', acoso, ¿por qué ocurren?
Los trabajadores de los negocios de reparación, al igual que del resto, no están exentos de sufrir perjuicios a nivel emocional. Una guía de Aspa Asturias ayuda a identificar los factores de riesgo y sus consecuencias.
La salud mental, al igual que en el resto de empleos, también es uno de los condicionantes a tener en cuenta en los talleres. Las condiciones de trabajo, el bienestar o la organización influyen de manera decisiva a la hora de garantizar una correcta operatividad de los negocios de reparación. Son los conocidos como factores psicosociales, elementos del propio trabajo que atañen al aspecto mental de cada uno de los empleados.
Aspa (Cetraa Asturias) ha elaborado una guía informativa con la que formar y concienciar a la hora de tener en cuenta estos aspectos en el día a día, para evitar que sus riesgos afecten de forma negativa a la salud de los trabajadores y a la productividad de los negocios de reparación.
En concreto, la asociación clasifica cuatro riesgo fundamentalesen el aspecto psicosocial: el contenido del trabajo, la carga, el tiempo y la participación y el control. Así, cada uno de ellos, conlleva una serie de 'malas pautas' que pueden afectar a la creación de un entorno de trabajo en el que el trabajador no se sienta partícipe y satisfecho.
¿Estrés o estar quemado?
Son, por ejemplo, la monotonía, el realizar tareas sin sentido o tareas desagradables, la carga de trabajo excesiva o insuficiente, la presión, los ritmos impuestos, la prolongación de la jornada de trabajo... También la escasa planificación, los horarios atípicos, el trabajo a turnos, la falta de autonomía, un mal ambiente de trabajo, la inseguridad laboral, la ausencia de un lugar de trabajo confortable o la ausencia de desarrollo personal afectan de forma directa a implicación y motivación de los trabajadores.
Son circunstancias que, unidas entre ellas, o por si solas pueden derivar en acontecimientos más o menos traumáticos para el trabajador. El más común es el estrés. Su principal síntoma es que el afectado presenta un estado de tensión excesiva, fruto de su implicación. En este caso, se produce fruto de una hiperactividad emocional, debido a su exceso de implicación en el trabajo.
Sin embargo, existe una variante del estrés que presenta una sintomatología totalmente opuesta y en la que las cosas 'dejan de importar'. Es la conocida como 'burnout', o el síndrome de estar quemado en el trabajo y que se caracteriza por tener un agotamiento emocional, despersonalización y baja productividad.
La diferencia entre ambas es que en el caso del estrés, es el cansancio físico la que lo originaria, mientras que en la segunda lo es el cansancio mental, aunque ambas pueden resultar en un mismo desenlace: una depresión.
Violencia o acoso en el trabajo
Otro riesgo laboral a tener en cuenta fruto de estas situaciones es la violencia, tanto física como verbal, o el acoso. Normalmente implica una situación repetida durante el tiempo entre las partes con una determinada finalidad y cuyas consecuencias son imprevisibles.
Algunas de las actitudes más comunes para identificar el acoso son: recibir gritos o burlas, rechazar el contacto con la víctima, menosprecio a sus decisiones de trabajo, amenazas o incluso que se reduzca de forma intencionada su carga de trabajo se le envíe a un puesto aislado.
También es posible que se den circunstancias de componente sexual, con el objetivo de influir en el ambiente de trabajo. Aquí entran comentarios, chistes sobre la apariencia o el aspecto, abusos verbales de contenido sexual, gestos obscenos, contacto físico innecesario, chantaje u observación en lugares privados.
Todas ellas comprenden situaciones de riesgo tanto para la víctima como para la propia empresa que conviene, primero, detectar y posteriormente corregir para evitar consecuencias mayores y que socaban la operatividad y el buen ambiente necesario en el taller.
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