¿Una gasolinera en tu taller?
Desde 2013, la Ley facilita en toda España la apertura de estaciones de servicio en distintas zonas preestablecidas.
En España operan cerca de 10.000 gasolineras o estaciones de servicio, de las cuales menos del 5% son automáticas, es decir, gasolineras sin personal afecto a la instalación y donde el suministro lo realiza el usuario directamente.
En un post recientemente publicado por la CNMC en su blog, la entidad defiende la apertura tanto de gasolineras atendidas como automáticas en áreas preestablecidas donde la Ley, desde 2013, facilita en toda España dicha apertura y cuya instalación "no puede ser prohibida". En particular, esta norma autoriza su instalación en centros comerciales, parques comerciales, establecimientos de ITV y áreas o polígonos industriales.
En este sentido, aparte de la citada ley general directamente aplicable, desde Competencia aseguran que la normativa específica de los talleres de reparación, centros de lavado de vehículos o estaciones de ITV "tampoco pone ningún impedimento" a la apertura de estaciones de servicio anejas a sus instalaciones. “Todo lo contrario, el suministro de carburantes constituiría un atractivo servicio añadido para el usuario. En todos estos lugares los usuarios deben acudir con su coche, generalmente hay personal en la instalación y el abastecimiento de carburante constituiría un servicio añadido que podrían utilizar con comodidad”, señala el post.
De esta forma, según Competencia, con la ley de 2013 “se profundizó en los objetivos marcados por el Real Decreto-ley 6/2000 para lograr una mayor competencia en el mercado minorista de carburantes y servir al interés general. Además, señala, “la Ley nacional es de obligado cumplimiento en esta materia, tanto por las Comunidades Autónomas como por los 8.125 ayuntamientos”.
Algunos colectivos, aseguran desde Competencia, han expresado su preocupación por las dificultades que puede presentar el formato de estaciones de servicio automáticas sobre una parte de los conductores discapacitados que no viajen acompañados, así como por sus posibles efectos negativos en términos de empleo en la ocupación de expendedor o expendedor-vendedor de estación de servicio.
No obstante, desde la CNMC apuntan algunos efectos positivos que puede tener la expansión de estaciones de servicio a los nuevos establecimientos en beneficio de estos colectivos y sobre el empleo.
“En primer lugar, la expansión del número de estaciones de servicio a estos nuevos establecimientos –donde sería ilegal prohibirlo desde el cambio normativo de hace ya tres años- facilitaría el acceso de personas con discapacidad. Todos los ciudadanos podrían contar con un mayor número de puntos en los que suministrar carburantes, permitiendo que la competencia facilite una satisfacción eficiente de las necesidades sociales en este importante producto que factura más de 40.000 millones de euros al año”, argumenta el post de Competencia.
Adicionalmente, los efectos sobre el empleo de esta mayor competencia a través de nuevos formatos y nuevos establecimientos en ITV y talleres, “son en este caso indiscutiblemente favorables”. En este caso, “no es necesario precisar ningún matiz técnico respecto al tipo de empleo generado –de mayor valor añadido- o en qué sectores se generarían los empleos –con más componente tecnológico, como los sistemas de supervisión, telepresencia y seguimiento de incidencias necesarios para la correcta operativa”.
Así, el artículo de este organismo subraya que “las sinergias entre ambos negocios, carburantes y vehículos, son claras, y el potencial desarrollo de las estaciones de servicio a través de este modelo de negocio, y por lo tanto de la competencia, es enorme”.
Los efectos favorables de estas gasolineras, de las que se podrían beneficiar “las más de 400 ITV en España, los más de 32.000 talleres de reparación de vehículos distribuidos por todo el territorio nacional, así como los centros de lavado de automóviles, en términos de ubicación, variedad y precios “son patentes en otros países europeos, como Suecia, Bélgica o Alemania”.
El análisis de la experiencia de estos países, afirman desde Competencia, “nos permite decir que las estaciones de servicio automáticas en el mercado interior europeo aumentan la cantidad y variedad de los puntos de venta de carburantes; ofrecen precios más competitivos a los usuarios; ejercen una presión competitiva sobre los precios que ofrecen el resto de estaciones de servicio mejorando la prestación; y son flexibles, pudiéndose ubicar tanto en zonas rurales de poco tráfico (al tener menores costes operativos), como en áreas urbanas vinculadas a negocios ya existentes o de nueva creación”.
En definitiva, concluye el post, “un abastecimiento competitivo tiene una clara repercusión en términos de bienestar de los ciudadanos y la competitividad en el mercado”.
Archivado en
No hay comentarios