Un escenario pesimista de 200.000 vehículos afectados por la DANA: consecuencias directas para la posventa en Valencia

Las graves inundaciones en tierras levantinas impactarán en el mercado de la automoción y en el sector de posventa, específicamente en talleres y recambistas. Sólo en las localidades más afectadas, el parque total de vehículos roza los 150.000 vehículos, sin contar el barrio de La Torre, también dañado, en plena capital.

Decenas de vehículos apilados tras ser arrollados por la riada en Valencia.

Casi una semana ha pasado ya desde que Valencia se convirtió en tierra yerma. Desde que una riada salvaje, de agua a borbotones, trajo la paradoja de un agónico goteo de fallecidos. Interminable rosario de cuerpos recuperados de las aguas. Justo debajo de lo más importante en esta pirámide del horror -las vidas humanas-, perenne también se vislumbra cuantificar las terribles pérdidas materiales y económicas. El grupo internacional Iceye, con su red de satélites, cifra en más de mil los edificios afectados. En lo que a la automoción se refiere, la Red de Empresas de Auxilio en Carretera (Reac) sitúa una primera estimación en más de 100.000 vehículos dañados, pero según fuentes del sector asegurador de toda solvencia consultadas por este medio, esta cifra podría rondar los 200.000 vehículos en el escenario más pesimista de todos. Turismos, motos, furgonetas, camiones... Muchísima gente que se ha quedado sin vehículo en Valencia. El operativo para retirarlos podría llevar entre uno y dos meses. 

De lo que no cabe duda es que las graves inundaciones en tierras levantinas tendrán múltiples consecuencias directas en el mercado de la automoción y en el sector de posventa, específicamente en talleres y recambistas. Infotaller ha querido poner la lupa en este escenario que se dibuja con mayor nitidez a medida que pasan los días en la zona cero y trazar un análisis, con la lógica cautela, del horizonte que puede llegar en las próximas semanas.

Según los datos disponibles hasta el momento por la Cámara de Comercio, dicha zona cero abarca a los siguientes municipios -figurando entre paréntesis el parque de vehículos de cada uno de ellos a 1 de enero de 2024, según datos facilitados por MSI-: Alaquàs (18.173), Albal (10.478), Aldaia (19.774), Alfafar (11.969), Algemesí (17.178), Benetússer (8.509), Catarroja (19.572), Llocnou de la Corona (124), Massanassa (7.141), Paiporta (15.049), Picaña (7.367), Sedaví (7.547), Utiel (7.055) y el barrio de La Torre de la ciudad de Valencia (471.015, OJO: cifra total de toda la capital del Turia). Sólo en las localidades más afectadas, el parque de vehículos total roza los 150.000 vehículos. No todos estarán afectados, pero es una primera muestra de datos objetiva sobre posibles vehículos afectados que conllevará:

1º) Aumento de la demanda de servicios de reparación: Los daños sufridos en esos miles de vehículos afectados traerán consigo una mayor afluencia a los talleres. Muchos vehículos que hayan sido dañados y logren esquivar el siniestro total podrían necesitar revisiones completas para evaluar su estado y funcionamiento. También el pico de demanda llegará a provincias colindantes, que podrían dar salida a muchos de estos servicios.

No en vano, el agua suele dañar componentes críticos, destrozos que serán mayores al añadir el barro a la ecuación. Reparación de sistemas eléctricos, limpieza y recuperación de interiores y del motor apuntan a ser los servicios más demandados. 

2º) Incremento en la demanda de recambios: La necesidad de piezas y componentes será más alta, especialmente en repuestos para sistemas eléctricos, electrónicos y de motor, que son los más propensos a deteriorarse con el agua. También habrá una mayor demanda de baterías, neumáticos, filtros y sistemas de escape, que suelen dañarse en inundaciones.

Sin duda, esta demanda se antoja como un reto para los recambistas, que deberán abastecer a los talleres con rapidez para satisfacer la incesante demanda, afrontando además dificultades de transporte en las que, su propia flota de vehículos, puede haber sido afectada. Los distribuidores de recambios de provincias limítrofes pueden paliar esas dificultades.

3º) Escasez de piezas y potencial subida de precios: La ley de la oferta y la demanda. Con el incremento repentino de la esta última, puede haber problemas de abastecimiento de piezas específicas. Si el stock flojea, dichos materiales se convertirán en un bien codiciado que podría, además, encarecer los precios de los repuestos y servicios. Ya no sólo por esa escasez, también por los costes de logística.

4º) Impacto en las aseguradoras y primas: "siniestro total" va a ser el veredicto final más repetido para los miles de coches afectados por la furia de las aguas. Fuentes consultadas apuntan a la posibilidad de que 8-9 de cada 10 vehículos puedan ser declarados así. El aumento en los siniestros llevará consigo un incremento en las reclamaciones de seguros. Esto podría derivar en un encarecimiento de las primas de seguro para este tipo de riesgos o en cambios en las coberturas futuras para eventos naturales.

Las aseguradoras también podrían establecer convenios específicos con talleres para la reparación masiva de vehículos afectados. Es cierto que, con ello, se agilizaría posiblemente el proceso de reparación, pero también limitaría la elección de los propietarios en determinados casos.

5º) Renovación de flota y ventas de vehículos nuevos o de ocasión: Es probable que algunos vehículos, especialmente los más antiguos o con daños severos, no sean rentables de reparar y sean dados de baja. Esta selección natural de coches de todo tipo entre los valencianos empujaría a la demanda de vehículos nuevos o de segunda mano con los que acercarse un poco más al día a día anterior a la riada.

Para los concesionarios, este contexto representa una oportunidad para incrementar las ventas, mientras que en el mercado de segunda mano podría darse una subida de precios. Aquellos que necesiten con urgencia un vehículo para su día a día, probablemente acudan al mercado de usados por tener mayor disponibilidad de vehículos, a costa de un encarecimiento de los mismos e, incluso, pueda afectar a un envejecimiento del parque.

Como conclusión global de este análisis desmenuzado en cinco áreas, se puede vislumbrar que las inundaciones no sólo impulsarán la demanda a corto plazo, sino que también podrían tener efectos duraderos en los precios y en la estructura del sector de la automoción y posventa en la región valenciana. Asimismo, puede llevar consigo un efecto de presión en las aseguradoras, de modo que ajusten sus políticas y primas para riesgos climáticos.

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