Cómo sustituir el intercooler tras un fallo del turbocompresor
Se recomienda cambiar el intercooler siempre que el turbo se averíe, para evitar la presencia de residuos.
El intercooler es un elemento que mejora en gran medida el proceso de combustión en sistemas sobrealimentados, aumentando la potencia del motor. La función principal del intercooler es reducir la temperatura del aire comprimido por el turbocompresor antes de que llegue a la cámara de combustión del motor. Está presente en todos los automóviles diésel modernos.
Las averías del intercooler suelen estar asociadas a la existencia de daños en el turbocompresor. La sustitución del turbocompresor conlleva varios riesgos si no se realiza conforme a las guías de instalación. Es muy fácil que el intercooler se obstruya a causa de los residuos del turbo, sobre todo el aceite, pero también de otras partículas y las piezas rotas del turbo.
Si un mecánico instala un turbocompresor nuevo sin examinar primero el intercooler, el sistema realizará una secuencia de alta presión en la que el aceite y las partículas que se hayan acumulado en el intercooler correrán el riesgo de entrar en la cámara de combustión. La entrada de residuos en la cámara de combustión conllevará un alto riesgo de avería del motor.
Para evitar daños en el motor, el especialista en sistemas de refrigeración para motores Nissens Automotive recomienda sustituir el intercooler siempre que el turbo se averíe, con el fin de garantizar la ausencia de residuos en su interior, como aceite, metal u otras partículas. Cuando se instale un turbo nuevo, todos los componentes del sistema tendrán que examinarse de manera exhaustiva para garantizar la ausencia de obstrucciones provocadas por los restos de aceite o metal.
El proceso, en seis pasos
Cuando se sustituya el intercooler, en primer lugar hay que comprobar el recorrido del aire entre el turbocompresor y el intercooler para asegurarse de que no haya impurezas, partículas, obstrucciones o restricciones en las secciones reducidas.
A continuación, se debe comprobar la presencia de esas obstrucciones o restricciones en el recorrido del aire entre el intercooler y el colector de admisión.
En tercer lugar, limpiar, o sustituir en su caso, las piezas que intervienen en el recorrido del aire y los accesorios que estén dañadas, obstruidas o sucias.
A continuación, sustituir las juntas del recorrido del aire y las conexiones de refrigeración -si se trata de un intercooler enfriado por agua- que sean necesarias.
Es preciso asegurarse de que todos los elementos de conexión queden apretados, que no haya fugas y que no se produzca aspiración de "aire secundario".
Por último, utilizar un comprobador de fugas entre el turbocmpresor y la admisión después de montar un turbo, un intercooler, tubos y mangueras nuevos. Y comprobar la presión de sobrealimentación con un manómetro o con la conexión OBD.
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