Siete claves para la adaptación del taller al coche eléctrico

El Gremio de Talleres de Barcelona ha publicado una guía de buenas prácticas para dar servicio a las nuevas formas de movilidad.

El manual publicado por el Gremi dirigido a los talleres de reparación / Redacción Infotaller
Redacción

11 de noviembre 2020 - 13:55

El Gremio de Talleres de Barcelona ha lanzado una campaña para animar a los talleres de reparación a prepararse ante la llegada de los modelos de propulsiones alternativas. Para ello, ha publicado una "Guía de buenas prácticas para dar servicio a la movilidad eléctrica" y concienciar a los centros sobre la importancia de formarse en este ámbito.

Aunque durante un largo período de tiempo aún convivirán los vehículos convencionales con un creciente número de vehículos con variados grados de electrificación, los talleres deben comenzar a hacer cambios progresivos de equipamientos, y en lo referido a la formación del personal y el perfil del negocio, adaptándose al crecimiento de la demanda.

Para llevar a cabo esta transformación progresiva, tanto el taller como el personal debe adaptarse y prestar atención a este nuevo tipo de vehículos, al tiempo que moderniza la estructura productiva del negocio y profundiza en nuevas herramientas digitales y el acceso a los datos del fabricante. También es esencial que planifique los cambios para atender la nueva demanda y lleve un control de la rentabilidad de las operaciones de mantenimiento y reparación de los eléctricos.

Pero ¿en qué consiste realmente la adaptación del taller a la electrificación? Son siete las claves para el Gremio de Talleres de Barcelona que explican este cambio, basadas en la instalación del box eléctrico, los puntos de recarga, las herramientas y elementos aislantes; la especialización del personal técnico y la formación, la protección personal y, finalmente, los procedimiento de actuación.

El box eléctrico y las herramientas

Es importante que el taller disponga de un espacio permanente, señalizado e iluminado, para atender a los vehículos eléctricos e híbridos, que cuente con el equipamiento y las herramientas especificas para la intervención en vehículos eléctricos de alto voltaje, tales como aparatos de medida, elevadores para reparar las baterías, etc. Además, debe incorporar un cargador de batería y conexión.

Puntos de carga en el taller

Los talleres pueden convertirse en puntos de recarga para coches eléctricos. En este sentido, existe una clasificación, del número del 1 al 4, según el destino y la operatividad. Los centros de reparación pueden pertenecer al punto 3 y 4, ya que su manipulación está restringida a personas cualificadas.

Especialización del personal

Los empleados del taller que operan en el vehículo eléctrico se clasifican en trabajador autorizado, cualificado o jefe de trabajo.

La persona autorizada es aquella que cuenta con permisos para realizar determinados trabajos en base a su capacidad, es decir, para aquellos sin tensión, según los procedimientos establecidos en el RD 614/2001; mientras que el empleado cualificado dispone de conocimientos especializados en materia de instalaciones eléctricas, además de formación acreditada, profesional o universitaria, o experiencia certificada de 2 o más años. Finalmente, el jefe de trabajo es la persona designada por el empresario para asumir la responsabilidad efectiva de los trabajos.

Formación

Los profesional del taller deberán recibir formación específica en materia de prevención de riesgos eléctricos, además de los conocimientos técnicos relativos a los vehículos a reparar. Asimismo, dado el incremento de la complejidad de la gestión electrónica del vehículo con motorización eléctrica, se recomienda profundizar en el dominio de la diagnosis online y el acceso a la información técnica de los fabricantes.

Equipos de protección individual

El trabajador debe utilizar una pantalla facial regulada por la norma UNE-EN 166 y RfUs 03-024, además de una ocular con clase 2-1,2 o 3-1,2. También debe usar guantes aislantes para trabajos eléctricos con protección mecánica, los denominados guantes compuestos, los cuales están regulados por la norma UNE-EN 60903. Estos epis deben tener propiedades disipativas de la carga o "antiestáticas" y propiedades térmicas.

El empleado debe llevar un calzado aislante de la electricidad y antiestático, además de agregar protección antideslizante y mecánica, entre otros. Es importante, que no vista con accesorios metálicos ni cremalleras.

Los procedimientos

Para garantizar la seguridad de los trabajadores y de las instalaciones, es fundamental seguir los procedimientos de desconexión, al inicio de la reparación; de reconexión, posteriormente; así como de seguridad.

El vehículo eléctrico debe situarse en un área señalizada y separada, el box eléctrico, y posteriormente desconectar el receptor o la parte de la instalación en la que se va a trabajar para dejarla sin tensión, aislándose de fuentes de alimentación o generadores de energía. En el caso de los condensores u otros elementos que mantengan tensión después de la desconexión, deben descargarse mediante los dispositivos adecuados.

Se recomienda además verificar la ausencia de tensión y proteger los elementos en tensión que puedan resultar accesibles una vez efectuado el corte. Pueden utilizarse elementos aislantes como pantallas, perfiles, vainas, capuchones, etc. Finalmente, tras la finalización de la reparación es necesario establecer el suministro eléctrico.

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