¿Saben los clientes de tu taller que el sistema start-stop les ayuda a ahorrar combustible?
Los expertos de VARTA explican cómo la tecnología y los sistemas Start-Stop que equipan de serie los vehículos modernos ayudan, no solo a reducir emisiones, sino también a ahorrar carburante, lo que puede ser un reclamo para atraer clientes al taller.
El ahorro de combustible ha sido y sigue siendo un aspecto importante de la conducción, tanto para la protección del medio ambiente, como para el ahorro económico que supone. También depende mucho del estilo de conducción de cada persona. Por ejemplo, cambiar de marcha con antelación y circular a bajas revoluciones contribuyen notablemente a reducir el consumo. Pero la tecnología también ofrece apoyo a través del sistema Start-Stop que, desde hace varios años, es el equipamiento de serie en la mayoría de los vehículos modernos.
Breve historia del sistema Start-Stop
Hoy en día, el ahorro de combustible se considera un tema crucial, no sólo por razones económicas, sino también ecológicas. Sin embargo, cuando nació la idea del sistema Start-Stop, fue durante la crisis del precio del petróleo, la que demostró la necesidad de buscar métodos de ahorro de combustible. Toyota inventó el primer sistema Start-Stop automático a mediados de los años 70.
Después, Volkswagen y Audi introdujeron sus versiones del sistema Start-Stop en la década de los 80. Junto con la caja de cambios de 5 velocidades, la carrocería aerodinámica y el indicador electrónico de consumo de combustible, estas mejoras pretendían reducir considerablemente el consumo de combustible.
En la primera década del siglo XXI, llegó una nueva generación de sistemas Start-Stop. Esta tecnología marcó el inicio de la historia de éxito del Start-Stop. Dependiendo del estilo de conducción, la tecnología Start-Stop puede conseguir un ahorro de combustible de hasta el 15%. No obstante, la eficacia del sistema depende de numerosos factores, incluido el tipo de uso. Por ejemplo, durante el uso en un entorno urbano, el sistema Start-Stop automático provoca un apagado del motor cuando el vehículo está parado. Y, por supuesto, su eficacia es menor en los viajes largos por autopista.
Altas demandas para la batería
El hecho de poder disponer de un suministro fiable de energía para los consumidores eléctricos mientras el motor está apagado es un aspecto a tener en cuenta. Así, desde hace tiempo se han generado numerosos debates en torno a si este sistema Start-Stop automático puede llegar a ser más perjudicial para el medio ambiente y también más caro, pues requiere mucha energía de la batería. Esta es la razón por la que una batería de plomo ácido avanzada es el elemento principal de todo sistema Start-Stop eficaz. Las únicas tecnologías de baterías que pueden soportar los retos de los sistemas Start-Stop automáticos son la AGM y la EFB.
Baterías EFB: para sistemas Start-Stop de nivel básico
Las baterías EFB («enhanced flooded battery») son adecuadas para vehículos con sistemas Start-Stop de nivel básico. El diseño de las baterías EFB es una evolución de las baterías de plomo ácido convencionales. De este modo, se han introducido algunas mejoras en los componentes que contribuyen a prolongar la vida útil de la batería. Además, la baja resistencia interna de las baterías EFB garantiza una gran durabilidad de los ciclos y mejora la estabilidad en aplicaciones complejas, como el sistema Start-Stop, por lo que pueden soportar dos veces más ciclos de carga* que las baterías de arranque convencionales.
Baterías AGM: para sistemas Start-Stop avanzados
En los vehículos con sistemas Start-Stop y de recuperación de la energía de frenado, así como en vehículos con equipamiento de alta gama y sofisticados dispositivos, las baterías AGM («Absorbent Glass Mat») ofrecen una mayor capacidad para soportar estas demandas de alta potencia.
Las baterías AGM presentan excelentes características de arranque en frío y permiten un potente arranque del motor que ayuda a reducir el tiempo de funcionamiento del motor de arranque. Gracias a su buena capacidad de recarga y a su elevada potencia cuando el nivel de carga es bajo, un motor puede apagarse y volver a arrancarse varias veces en intervalos cortos, sin que ello aumente el riesgo de que surjan dificultades al volver a arrancar. En lo que respecta a su vida útil, las baterías AGM también presentan ventajas considerables frente a las baterías de arranque convencionales, pues pueden soportar tres veces más ciclos de carga* que estas. Como el electrolito de una batería AGM está unido a una fibra de vidrio absorbente, dicha batería presenta una mayor resistencia a las condiciones extremas y, además, es estanca y no necesita mantenimiento.
Revisión de las baterías en tu taller
Si llega a tu taller un vehículo con sistema Start-Stop automático, debes tener en cuenta algunas cosas. Cuando sustituyes la batería de tu vehículo, la nueva batería debe poder ser reconocida por el sensor de baterías (IBS) del sistema Start-Stop, pues solo así el vehículo podrá realizar un seguimiento preciso del estado de la batería. Además, esto permite al sistema de gestión de la energía del vehículo controlar de cerca los parámetros de la batería para potenciar un ahorro máximo de combustible. Si se instala una batería incorrecta en el vehículo, o si ésta no se registra correctamente, puede producirse un deterioro prematuro de la batería o incluso otro fallo en el vehículo.
Si ya hay una batería AGM instalada en el vehículo, debes sustituirla siempre por otra batería AGM. En cambio, es posible pasar de una batería EFB a una batería AGM y, de hecho, esto puede aumentar la eficacia del sistema Start-Stop, lo que a su vez se traduce en una mayor eficiencia respecto al consumo de combustible.
Por otro lado, una batería deteriorada puede llegar a reducir el funcionamiento del Start-Stop. Así pues, te recomendamos que ofrezcas la revisión de la batería de forma periódica dentro de las operaciones de servicio rutinario, y así (en caso necesario) podrás sustituirla antes de que falle para garantizar un consumo óptimo de combustible.
*Norma de ensayo EN 50342-1 y, para las EFB y AGM, también la norma EN 50342-6
Archivado en
No hay comentarios