Filtro de habitáculo: ¿cuándo y cómo reemplazarlo?
Es una reparación sencilla pero necesaria, pues este tipo de filtros no se puede limpiar.
El filtro de habitáculo, también conocido como filtro de polen, es el encargado de garantizar la limpieza del aire en el interior del habitáculo. Si se obstruye, favorecerá la entrada de partículas nocivas y moléculas de polen, perjudiciales para la salud de los ocupantes del mismo.
¿Cómo se puede saber si el filtro de polen está deteriorado y hay que sustituirlo? En principio, debe cambiarse cada 15.000-20.000 kilómetros, según Ro-Des. Pero si el usuario llega al taller quejándose de determinadas anomalías, habría que recomendarle el cambio del filtro, independientemente del kilometraje.
Por ejemplo, cuando se percibe una reducción del flujo de aire del ventilador, cuando las lunas se empañan con más frecuencia, el sistema de ventilación pierde potencia o se advierten olores desagradables al poner en marcha el aire acondicionado.
Para identificar el estado del filtro antipolen, hay que acceder al compartimento donde está emplazado. Generalmente está en los conductos de ventilación junto al evaporador de aire acondicionado, al que se accede desde los limpiaparabrisas, desde la parte trasera de la guantera o desde la zona de los pedales. Si el filtro tiene una textura y aspecto grasientos, es preciso reemplazarlo lo antes posible.
Si se accede al filtro desde el vano motor, se desmonta la goma y se levanta el plástico por donde cae el agua del limpiaparabrisas, se levantan las dos pestañas que lo fijan y se extrae el filtro antiguo.
A la hora de montarlo, hay que tener en cuenta las marcas "Air flow", que indican la entrada de aire, colocando las flechas hacia abajo. Una vez colocado el filtro de habitáculo, se cierran las dos pestañas, se baja el plástico del limpiaparabrisas y se fija la goma. Una reparación sencilla pero necesaria, pues este tipo de filtros no se puede limpiar.
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