ECEC crea una guía para que los talleres asesoren sobre las señales de un coche averiado
Ha puesto a disposición de los centros un documento para que los conductores sepan interpretar los avisos del vehículo.
La iniciativa "Elige calidad, elige confianza" (ECEC) ha puesto a disposición de los talleres una guía para asesorar a sus clientes sobre la importancia de atender los avisos que da el vehículo sobre elementos que pueden estar empezando a fallar. El documento detalla el funcionamiento de cada componente y las consecuencias del mal estado técnico de estas piezas.
Asimismo, la guía incluye sugerencias y recomendaciones sobre el mantenimiento, apuntando a la importancia de utilizar recambios de calidad. ECEC ha señalado algunas de los síntomas más frecuentes que presenta un vehículo que necesita ser revisado por el profesional de un taller mecánico.
Giro del volante o vibración en una recta
El profesional del taller debe concienciar a los conductores que este tipo de comportamientos indican que el sistema de dirección necesita una revisión de forma urgente, pues su buen funcionamiento es esencial para la seguridad al ser responsable de la orientación de las ruedas durante la conducción.
Otras señales que advierten sobre el mal estado de este sistema son los ruidos excesivos al pasar por una zona de baches, el desgaste irregular de las llantas, así como una conducción con rebotes, temblores o con sacudidas.
Golpes secos, traqueteos, chirridos o aumento del consumo
El mecánico debe advertir a los clientes que ante golpes secos, traqueteos, chirridos, aumento del consumo de combustible, fugas de agua o una pérdida del rendimiento térmico del motor, deben acudir a un taller profesionales porque el coche está presentando indicios de una posible avería en el kit de distribución, lo que podría ocasionar un fallo grave en el motor.
La función del kit de distribución es la de sincronizar el movimiento entre el árbol de levas y el eje motor o cigüeñal, es decir, entre pistones y válvulas; y se compone de la correa, los rodillos, las poleas, los tensores y, dependiendo del fabricante, también de la bomba de agua.
Pérdida de control del vehículo
El operario del taller debe transmitir a los conductores que si en alguna ocasión tienen la sensación de haber perdido el control del vehículo, puede que el sistema de suspensión, formado por los amortiguadores y los muelles, no se encuentre en el estado adecuado. Este sistema actúa entre el chasis y las ruedas, encargándose de absorber las irregularidades del terreno.
Asimismo, el mal estado de estos elementos influye en la distancia de frenado, que aumenta hasta el 35% como consecuencia del desgaste de los amortiguadores, incapaces de estabilizar la carrocería. Ante estas circunstancias, la parte trasera del vehículo podría levantarse, reduciéndose el contacto de los neumáticos con el asfalto. Esto genera una menor tracción y una pérdida de control, y por tanto, un incremento de la distancia de frenado.
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