Desmitificando el coche eléctrico

¿Es el automóvil eléctrico tan inminente y tan ecológico como lo pintan?

La moción proponía dos líneas de crédito ICO para adquirir vehículos eléctricos e híbridos

La visión del coche eléctrico como el futuro de la movilidad es ya un lugar común, aceptado por instituciones públicas, medios de comunicación, consumidores y la propia industria. Ahora bien, ¿es el vehículo eléctrico un fenómeno inminente e inevitable? Y ¿es tan positivo como se dice?

En un magnífico vídeo, OnMotor muestra la otra cara del coche eléctrico, de la que nadie o casi nadie habla y conviene tener en cuenta.

En primer lugar, hay que tener en cuenta los problemas de infraestructura que causaría un boom repentino de estos vehículos. Los edificios de viviendas no están preparados para asumir que la mitad de sus residentes pongan a cargar su automóvil en el garaje durante la noche. Ello supondría disparar la demanda de energía, con la consiguiente necesidad de instalar un transformador más grande y reforzar la instalación para asimilar ese aumento.

A ello hay que sumar el coeficiente de simultaneidad, que impide que todo el mundo pueda consumir a la máxima potencia a la vez, por lo que si todos cargamos nuestro coche a la misma hora -probablemente por la noche-, la potencia bajaria y el tiempo de carga se alargaría. Y no olvidemos que por ley, las nuevas construcciones solo están obligadas a electrificar el 10% de las plazas de aparcamiento.

Unas limitaciones, en resumen, que muestran que un coche eléctrico en cada casa es inasumible a día de hoy y lo será durante un tiempo. Y habría que añadir las dificultades en la adaptación de las actuales gasolineras a puntos de recarga de baterías, así como en la instalación de cargadores en las calles de las ciudades, ya saturadas de automóviles aparcados.

Y sobre el impacto en el medio ambiente... la identificación eléctrico igual a ecológico resulta simplista si nos paramos a pensar en el origen de la energía necesaria para cargar las baterías. Una central térmica contamina demasiado para decir que su energía es limpia. Paralelamente, la industria automovilística ha logrado reducir drásticamente el nivel de emisiones de los vehículos de combustión interna desde la implantación de las normas Euro hace 25 años. Quizá esa sea la línea: vender coches más eficientes mientras el país se prepara ordenadamente para la expansión paulatina del automóvil eléctrico.