Correas húmedas para alargar la vida útil de la distribución
Al estar bañadas en aceite motor, evitan que pierda elasticidad.
Cambiar la correa de distribución de un vehículo es uno de los procesos más costosos tanto para el taller como para el cliente. El profesional tiene que emplear varias horas para hacerlo y el usuario, desembolsar una gran cantidad para pagarlo.
La función que realiza este componente lo merece, ya que se encarga de transmitir el movimiento del cigüeñal a los árboles de levas y, a través de las válvulas, facilitar la entrada de combustible al motor y la expulsión de los gases de escape.
Mantenerla en buen estado es una prioridad para el correcto funcionamiento del vehículo, aunque actualmente hay opciones que permiten una mayor vida útil de la correa. Los profesionales deben familiarizarse con las correas húmedas, que, a diferencia de las convencionales, están bañadas con el aceite del motor.
Un sistema que permite alargar la vida del componente, evitando que se seque y pierda elasticidad. Además, normalmente los vehículos con correa húmeda cuentan con una tapa metálica y hermética en el motor para alojarla.
La principal particularidad de esta correa es la incorporación de un revestimiento de teflón por la parte dentada y la utilización de una goma específica en su composición, que garantizan la resistencia al aceite y sus vapores.
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