Cetraa registra en su web más de 340 denuncias de talleres ilegales en un año
Piratas en cuadras de caballos o subidas de precios injustificadas, algunas de las prácticas denunciadas.
En su primer año en funcionamiento la ‘Sala de Denuncia’ habilitada en la web de Cetraa se han recibido más de 340 denuncias de usuarios para revelar la existencia de talleres ilegales de reparación en su barrio o municipio. La proliferación en los últimos años de este tipo de establecimientos llevó a la Confederación de Talleres a abrir un apartado específico dentro de su nueva web para que los usuarios pudieran denunciar estas prácticas, de forma anónima si así lo desean.
Un proyecto que, doce meses después de su puesta en marcha, ha sido considerado por la patronal de talleres "como un éxito de participación ciudadana ante una práctica ilegal que afecta tanto a los talleres legales, al hacer competencia desleal, como a los usuarios de los mismos, al no haber garantías ni emitir factura, afectando incluso a los vecinos de la zona, cuya calidad de vida queda afectada por ruidos, emisiones y vertidos contaminantes".
De entre todas las denuncias remitidas a la web de Cetraa, la patronal se ha encontrado con situaciones de todo tipo. A las habituales quejas por no emisión de factura, ausencia de placa identificativa, evasión de impuestos o personal sin dar de alta, se han encontrado "perlas" como talleres que trabajan “hasta altas hora de la madrugada o los fines de semana”, si bien “suelen cerrar los lunes”, presumiblemente para evitar registros por parte de las autoridades, según la Confederación.
El tema de los vertidos ilegales ha sido otro de los que más quejas de los ciudadanos han registro, con bidones a la intemperie “saliendo todo el aceite a tierra”, así como la ausencia de medidas de seguridad. “Si salta una chispa, arde medio barrio”, expresaba un denunciante anónimo.
Talleres improvisados abiertos en los lugares más insospechados, desde garajes a “jardines particulares de chalets” o incluso “una cuadra para caballos”, que conectan la entrada de luz “al alumbrado público” o que cuentan hasta con “cámaras de seguridad ocultas en el buzón de correos”.
Otra queja habitual son las estafas al consumidor que perpetran estos establecimientos ilegales. Un denunciante se quejaba de un ilegal que “engaña a la gente constantemente y amenaza si se ve presionado”, otro de que a la hora de pagar “te suben el precio y te dan explicaciones raras que no convencen a nadie”. Un conjunto de malas prácticas consideradas de forma unánime “una estafa” y que, desde Cetraa, se remiten a las asociaciones provinciales para su comprobación y denuncia ante las autoridades "para tratar de acabar con esta lacra", aseguran desde la patronal.
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