Nokian Tyres, rumbo a las cero emisiones tras inaugurar en Oradea (Rumanía) una fábrica para hacer seis millones de neumáticos al año

Seis millones de neumáticos al año, principalmente para turismos, que se venderán principalmente en el mercado centroeuropeo, ya que está estratégicamente situada cerca de los clientes de esa zona. Es la producción esperada de la nueva fábrica en Oradea (Rumanía) de Nokian Tyres, fabricante finlandés de neumáticos, que inauguró oficialmente su planta el pasado jueves 19 de septiembre con un acto para unos 200 invitados, entre autoridades, partners, prensa local y especializada en posventa de numerosos países, y entre la que se encontraba Infotaller. Un planta, que ya lleva en funcionamiento desde el 1 de julio, cuando produjo su primer neumático, construida sobre una superficie total de 100.000 m2 (54 hectáreas solo para la fábrica), en la que se incluyen la unidad de producción, una instalación de distribución para el almacenamiento y la distribución de neumáticos, y edificios de mezcla, servicios y administración.

El valor total del proyecto es de aproximadamente 650 millones de euros, lo que sitúa a la empresa finlandesa como uno de los mayores inversores extranjeros en Rumanía en los últimos años. Y para su financiación, Nokian Tyres ha recibido una ayuda estatal del gobierno rumano por valor de unos 100 millones de euros y un préstamo a la inversión del Banco Europeo de Inversiones por valor de 150 millones de euros. Pero, más allá de las grandes cifras, por lo que precisamente destaca la nueva fábrica es por sus "cero emisiones". Así, el fabricante la ha bautizado como la "primera fábrica de neumáticos a escala mundial con cero emisiones de CO2", ya que para su funcionamiento no utiliza ningún combustible fósil.

"La fábrica convierte a Nokian Tyres, una vez más, en pionera de la industria del neumático. Toda la electricidad utilizada en la fábrica de Oradea (Rumanía) está libre de emisiones de CO2. Parte de la electricidad utilizada en la fábrica se genera mediante unidades de energía solar in situ. El vapor utilizado para curar los neumáticos se genera mediante innovadoras calderas eléctricas que utilizan electricidad totalmente libre de emisiones de CO2 en lugar de los combustibles fósiles habituales, como el carbón o el gas. Además, el proceso de fabricación de neumáticos es muy eficiente desde el punto de vista energético, ya que sólo utilizamos la tecnología y la maquinaria más modernas. Con nuestra nueva fábrica en Oradea, estamos demostrando realmente nuestro compromiso con la sostenibilidad", ha asegurado Adrian Kaczmarczyk, vicepresidente de Excelencia Operativa de Nokian Tyres.

Regreso al mercado español y nuevo area manager

La inauguración oficial de la planta es la culminación de un proyecto de más de dos años y que sienta las bases para la producción comercial a principios de 2025. Hay que recordar que, en junio de 2022, el Consejo de Administración de Nokian Tyres tomó la decisión de iniciar una salida controlada de Rusia debido a la situación política y las sanciones resultantes. Como parte de esta medida, la compañía cerró todas sus fábricas en Rusia y comenzó a buscar una nueva ubicación. En una decisión que rápidamente tuvo un impacto en el mercado español, ya que algunos productos de la gama consumer experimentaron problemas de disponibilidad durante ese periodo. Sin embargo, en mayo ya anunció su regreso al mercado ibérico de la mano de Recambios Frain, y en agosto anunció el fichaje de Luis Cabanas como nuevo Area Manager para Iber, con el objetivo de liderar la expansión del fabricante en el mercado español y portugués.

"Estamos muy contentos de inaugurar hoy nuestra fábrica en Oradea. Reforzará nuestra capacidad de servir a nuestros clientes en Europa Central y más allá, y apoyará nuestro crecimiento según lo previsto hacia unas ventas netas de 2.000 millones de euros. Con nuestra fábrica de neumáticos a gran escala con cero emisiones de CO2 estamos preparados para liderar el sector y establecer la nueva norma para la fabricación sostenible de neumáticos. Todo el proceso de construcción fue muy eficiente, y quiero dar las gracias a todas las personas los que hicieron posible este logro", aseguró Jukka Moisio, presidente y director general de Nokian Tyres.

Nokian Tyres eligió Oradea, en el noroeste de Rumanía y cerca de la frontera con Hungría, como ubicación para la nueva fábrica de neumáticos tras una exhaustiva evaluación, que incluyó más de 40 localidades en varios países europeos. Entre los criterios en los que se basó la decisión estaban el talento, el entorno empresarial, las infraestructuras, los bienes inmuebles y los servicios públicos, el coste operativo y los riesgos. "La labor realizada en los últimos años tiene por objeto acercarnos más a nuestros clientes, creando una base sólida para un futuro crecimiento sostenible. Oradea es ahora nuestro hogar, y nos comprometemos a ser un buen vecino, apoyando a la comunidad, a la economía regional y a cada miembro de nuestro equipo", afirma Susanna Tusa, directora general y vicepresidenta de Nokian Tyres Rumanía.

En las entrañas de la fábrica

Infotaller tuvo el privilegio de visitar, junto a un nutrido grupo de periodistas de toda Europa, la nueva fábrica de Nokian Tyres. Un espacio que respira modernidad por todos sus poros y en el que la automatización de los procesos es una constante. Así, el proceso de fabricación de los neumáticos se inicia con la inserción de refuerzos textiles en la goma, de forma que el textil y el acero refuercen la cubierta para ayudar a que sea más duradero.

En una segunda fase, después de que se mezcle el caucho, se da forma a los diferentes componentes del neumático a través de un proceso de extrusión, para seguir adaptándolos a las dimensiones correctas. En la tercera fase de construcción del neumático, robots automáticos se encargan del proceso y el personal apenas se encarga de supervisar el proceso. Así, las diferentes partes se combinan para hacer un neumático sostenible en un proceso que lleva aproximádamente unos 45 segundos, antes de que esté preparado para la curación.

Es la última fase del proceso, y para ello se necesita algo más de seguridad, pues se alcanzan cerca de 150º C en el proceso de vulcanizado final. Por último, lleva quizá la fase en la que más interviene el personal, pues se trata del proceso de inspección, primero automático y luego manual para buscar irregularidades. Además, una máquina testea la geometría y otras características que no pueden ser percibidas por el trabajador. Y si todo está correcto, los neumáticos pasan al almacén y posterior distribución.