Tendencias para los neumáticos del futuro
Podrían medir distintas variables, gracias a los sensores, y reaccionar ante ellas.
La tecnología está transformando los automóviles a una velocidad que sólo puede tildarse de exponencial. Sistemas como el control de velocidad de crucero, las alertas de cambio de carril o la ayuda al aparcamiento son ya comunes en los vehículos nuevos. Y, como no podía ser menos, la revolución tecnológica también afecta a los neumáticos, de modo que los neumáticos del futuro también serán inteligentes.
Según Nokian Tyres, en un horizonte no muy lejano los neumáticos estarán equipados con sensores capaces de medir, identificar y reaccionar a los cambios en el entorno. Un neumático inteligente podría controlar y monitorizar tanto sus condiciones como su entorno inmediato, más rápidamente y de manera más polivalentes de lo que podría hacerlo el propio conductor.
Los sensores del neumático podrían medir la profundidad de los surcos de la banda de rodadura y el desgaste de los mismos. De ser necesario, alertarían al conductor de la necesidad de instalar unos neumáticos nuevos, o sugerirle que alterne los de atrás con los delanteros para equilibrar el desgaste de los mismos y optimizar de este modo su vida útil, explica Teemu Soini, responsable de nuevas tecnologías de Nokian Tyres.
La industria del neumático ya ha dado los primeros pasos encaminados hacia el desarrollo de neumáticos inteligentes, y ya se utilizan habitualmente sensores para medir la presión de hinchado. No obstante, aún no hay neumáticos verdaderamente inteligentes.
De los sensores a la reacción automática
En la primera fase de la implantación de estas tecnologías inteligentes, los sensores instalados en los neumáticos medirían distintas variables y transmitirían la información al conductor, directamente a través de los sistemas de a bordo situados en el salpicadero o enviándola a cualquiera de sus dispositivos móviles.
Más adelante, los neumáticos totalmente inteligentes podrían reaccionar directamente a las informaciones captadas por los sensores, sin necesidad de que el conductor del vehículo intervenga. Estos neumáticos podrían adaptarse de modo automático a las distintas condiciones climatológicas y de la carretera, por ejemplo, mediante la modificación del dibujo de la banda de rodadura. Con lluvia, los surcos responsables del almacenamiento de agua podrían aumentar de tamaño y de este modo reducir el riesgo de aquaplaning.
A día de hoy, existen muy pocas aplicaciones inteligentes propias de la siguiente generación de neumáticos para los vehículos de turismo, pero en Nokian Tyres confían en que se produzcan grandes cambios. A lo largo de los próximos cinco años, los neumáticos premium de gran calidad proporcionarán más soluciones de asistencia a los conductores.
Al mismo tiempo, la innovación y el desarrollo continuos pueden lograr nuevas mejoras en materia de seguridad. Los avances en la tecnología de los materiales permitirán fabricar neumáticos que funcionen aún mejor en las condiciones aún más difíciles, mejorando la adherencia y el agarre en situaciones extremas, sin sacrificar la durabilidad y la esperanza de vida de los neumáticos.
Para que ese futuro se convierta en una realidad, todavía es necesario resolver numerosas cuestiones, como lograr que los sensores tengan una larga vida útil y sean seguros a pesar del estrés continuo al que se hallan sometidos. O conseguir que las tecnologías inteligentes se conviertan en una parte natural del proceso productivo de neumáticos en serie a gran escala.
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